The Devil All the Time: un sórdido relato que se queda a mitad de camino en la oscuridad

The Devil All the Time: un sórdido relato que se queda a mitad de camino en la oscuridad

La película protagonizada por Tom Holland y Robert Pattinson presenta un oscuro relato en el que los fanatismos y las creencias llevan a los personajes por el oscuro camino de violencia y tragedia.

Magela Muzio

Magela Muzio

Hace uno días llegó a Netflix la película The Devil All the Time, escrita y dirigida por Antonio Campos y con un reparto conformado por celebridades jóvenes del momento, incluyendo a Tom Holland, Bill Skarsgård, Robert Pattinson, Mia Wasikowska, Sebastian Stan, Riley Keough, Haley Bennett y Harry Melling. 

La cinta está basada en la novela homónima de Donald Ray Pollock, que cuenta una serie de historias que se entrelazan en un camino de religión, la violencia y la redención. Hombre y mujeres que creen que la devoción en Dios los llevará a encontrar la luz, pero no hace más que sumirlos en la oscuridad y la muerte.

El filme transcurre en Knockemstiff, un pueblo de mala muerte ubicado en Ohio. La historia comienza con Willard Russell (Skarsgård), quien regresa a casa de la Guerra en el Pacífico. Una vez de regreso, comienza una familia y todo parece perfecto, hasta que comienza a desmoronarse. Su esposa sucumbe a raíz de una enfermedad, a lo que Willard no logra reponerse, lo que llevará a su pequeño hijo Arvin a quedar huérfano.

Paralelamente, otros dramas se suceden a su alrededor: el asesinato de una mujer en manos de su esposo, y el sigiloso camino de una pareja de asesinos seriales. Con el paso de los años, la historia nos trae de regreso a Arvin, esta vez en la piel de Tom Holland, en sus años de adolescencia, donde la tragedia no tarda en regresar. La llegada de un nuevo reverendo a la ciudad, interpretado por Robert Pattinson, marca ese rápido descenso a los infiernos que se anuncia desde un comienzo.

La guerra es una temática recurrente a lo largo del largometraje y que indiscutiblemente marca varias generaciones. Lo mismo sucede con la presencia de Dios, las creencias y el fanatismo que justifica todo, lo bueno, lo malo y especialmente la violencia que acompaña a cada personaje. La miseria y la decadencia de los lugares en los que transcurre la acción, poco ayudan a librarse de ese agónico destino que le depara a los protagonistas. 

Aunque el cuantioso elenco de El Diablo a Todas Horas se luce en cada una de sus apariciones, los personajes carecen de profundidad, al igual que el guión. En última instancia, las acciones de cada personaje terminan siendo meras reacciones, y las verdaderas motivaciones de sus actos pasan a un segundo plano. 

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