Por qué hay que ver "El agente topo", la película que nos sacude para valorar a nuestros viejos

Recientemente, Netflix incorporó a su catálogo a "El agente topo", este documental chileno que viene cosechando galardones en cada festival en el que se presenta. Coproducción con España, Holanda y Alemania, la película transita desde lo insólito y divertido hasta emotivas reflexiones sobre nuestras vidas y la de nuestros seres queridos. Su carácter universal ha conmovido a críticos de todo el mundo, quedando seleccionado como uno de los nominados al Oscar por mejor Documental.

Como otra evidencia de que la realidad muchas veces supera a la ficción, este trabajo cautiva y confunde desde sus primeros minutos, en los que vemos a los candidatos que se presentan ante un anuncio que solicita un hombre mayor de 80 años, autovalente, discreto y con manejo de tecnología. El pedido viene de un investigador privado, en su escénica oficina con un cuadro del Tony Montana de Al Pacino en "Scarface", cuya clienta quiere saber cómo tratan a su madre en una residencia de ancianos.

Ahí aparece Sergio Chamy, el agente topo, de 83 encantadores años, cuya misión será infiltrarse y observar para enviar reportes diarios sobre lo que descubra. De ese disparador se desprende luego esta producción admirable que se distancia de la idea que la origina para expresar una experiencia profunda y auténtica, la de su protagonista y lo que le sucede a medida que pasa el tiempo junto con las personas que habitan el lugar.

Tal como la directora, Maite Alberdi, lo explica en una entrevista con la BBC: "Al principio, estaba mucho más centrada en lo que el agente Topo iba investigar. En el caso, en las pruebas y en qué le pasaba con la cliente, con la señora que vivía en ese hogar, más que con lo que le pasaba a él. Pero yo creo que ese es el gran cambio que me regala el protagonista de la película, porque a él no le importa su misión y se empieza a abrir a otra experiencia, abre la película a otro lugar, que tiene que ver con lo que le va pasando a él con esas relaciones que va haciendo en el hogar".

La realización, a pesar de que fue llevada a cabo por un equipo reducido, hace gala de excelencia en todos los rubros técnicos, montaje, fotografía, banda sonora y guion. De 300 horas de rodaje, Alberdi tuvo que dejar afuera 299 y condensar con maestría historias de pequeñas alegrías, tristezas, amores, soledades, festejos y hasta una despedida final de una de las señoras que habitaba esa residencia para ancianos en Chile.

Como dice Maite, muchos de los espectadores confiesan que después de ver "El agente topo" terminan diciendo: "tengo que llamar a mis abuelos" o "voy a visitar a mi madre", cuando no se preguntan sobre su propio acercamiento a la vejez. En ese proceso, este documental llega en un momento en que no escasean series y películas sobre la tercera edad y protagonizada por actores y actrices de gran experiencia. Al mismo tiempo, las miradas se han ampliado y ya no giran en torno a un tono peyorativo sobre la ancianidad, sino que suman perspectivas que escapan a los estereotipos y aportan herramientas para reflexionar, analizar y comprender otras representaciones de la vejez, como una etapa con aspectos positivos y desafiantes, tanto para la persona en cuestión como para sus seres queridos y cercanos.

Otras grandes películas que abordan esta temática pueden ser "Cinema paradiso", "Las confesiones del Sr. Schmidt", "Elsa y Fred", "El hijo de la novia", "Cocoon", "Conduciendo a Miss Daisy" ,"El viejo y el mar" o "Gran Torino", entre muchas otras.

El tiempo pasa, las cosas cambian. Atrás quedaron esos días de una industria audiovisual obsesionada con la juventud. ¿O será que el exigente ritmo y caudal de producciones de la actualidad ha abierto nuevos espacios como para incluir a toda una generación a la que antes se le negaba lugar? El tiempo, también, lo dirá.