'Promising Young Woman': un secreto a voces, una venganza y un final que divide

'Promising Young Woman': un secreto a voces, una venganza y un final que divide

La aclamada película dirigida por Emerald Finnell pone el foco en temas relevantes como el consentimiento, el abuso sexual y la injusticia sobre las víctimas.

Magela Muzio

Magela Muzio

Promising Young Woman es la película que tiene a todos hablando. La cinta dirigida por Emerald Fennell no solo hizo historia en los Premios Oscar, al acaparar nominaciones en las principales categorías, sino también por acercamiento a una serie de temáticas que han dividido a los críticos y a la audiencia.

La cinta tiene de protagonista a Carey Mulligan en el rol de Cassie, una mujer que pasa sus días atendiendo una cafetería y las noches acudiendo a bares, pretendiendo estar ebria, y así atraer hombres que buscan aprovecharse de ella y a los que, en un arrebato de total consciencia y sobriedad, termina aleccionando. Pero a esto se suma que Cassie está en una misión: vengar a su mejor amiga Nina, quien fue abusada en la universidad y que tras el hecho termina suicidándose.

Hermosa venganza pone varios temas sobre la mesa: el consentimiento, el abuso sexual, la justicia, el machismo y la complicidad de aquellos que, en lugares de poder, deciden mirar para otro lado, haciendo la vista gorda sobre una problemática ampliamente extendida hasta nuestros días. 

De esta forma Cassie busca justicia por Nina, lo hace convirtiéndose en una especie de vigilante emocional, a diferencia del cine de violación y venganza, donde la heroína sobrevive y planea una venganza contra su violador. En este caso, Cassie actúa más bien como un ángel vengador de alguien que no pudo buscar su propia justicia contra quienes cometieron el hecho, ni contra el sistema que le falló a Nina.

Su estrategia está perfectamente planeada y ejecutada. Va de bar en bar aparentando estar completamente fuera de sí, bajo la influencia de alguna sustancia o bebida, a la espera del "chico bueno". Lo interesante es que la protagonista no recurre a la violencia física, sino que va por el lado de la manipulación. Su objetivo no es castigar o matar a estos hombres, sino hacerles ver y reflexionar sobre su comportamiento y su propia incomodidad tras haber sido confrontados por una mujer que está lejos de ser presa fácil por su aparente "vulnerabilidad"

Uno de los factores de gran impacto es la cuidada elección de los actores que interpretan a estos "buenos muchachos", nombres reconocidos en el mundo del entretenimiento por interpretas a loosers o nerds. Hombres que habitualmente uno no asociaría con un comportamiento depredador como muestra la película, tal como es el caso de Adam Brody, Christopher Mintz-Plasse o Bo Burnham. 

El largometraje comienza a descender hacia un terreno más oscuro cuando Cassie descubre que el hombre que abusó sexualmente de su amiga está a punto de casarse y en pleno preparativo de su fiesta de soltero. Justo en el momento en que estamos a punto de creer que la protagonista llevará las cosas a otro nivel y la cosa se podría tornar sangrienta, una vez más su intención se traduce en otro momento aleccionador. No busca ejercer la violencia física, sino generar el miedo y el pánico que el abusador y sus amigos cómplices infligieron en Nina. 

El acto final de Promising Young Woman es el punto más controvertido del filme y que se convirtió en objeto de debate. Mientras que algunos han señalado que se trata de un final absurdo, subversivo y decepcionante, otros reflejan que es lo mejor de la película. Aquí llega el momento en que Cassie se encuentra cara a cara con el hombre que le arruino la vida a su mejor amiga. En el momento es que está a punto de llevar a cabo su plan, los lugares de poder se invierten y es él quien termina ejerciendo su poder físico sobre ella y el desenlace es otra vez fatal.

El camino de Cassie por vengar a su amiga termina siendo su perdición y deja en evidencia una cruda realidad. Aquí es donde Fennell logra exponer su más firme argumento: la muerte de Cassie se produce como consecuencia de sus actos, algo que su asesino, su cómplice y todos los que directa o indirectamente participaron del hecho, se creen inmunes. Es esta creencia fuertemente arraigada en nuestra cultura lo que hace de este relato una tragedia: una parte de la sociedad, hombres y mujeres por igual, que cree ser inmune a determinados actos cometidos con aparente liviandad, sin importar las consecuencias que puedan tener. Una realidad que se ha vuelto moneda corriente para las mujeres, que a diario se enfrentan a violencia de todo tipo. Y ni hablar contra aquellas mujeres pertenecientes a distintos grupos y minorías que gozan de menos privilegio y reconocimiento.

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