Las mejores películas de Guy Ritchie, el renovador del cine británico

Hace 53 años nacía en Inglaterra un realizador cinematográfico destinado a revolucionar el cine británico en particular y el cine de crímenes y acción en general. Hablamos del gran Guy Ritchie que, en caso de que no les suene, es la mente maestra detrás de grandes películas como Snatch, RocknRolla, Sherlock Holmes o la última versión de El Rey Arturo, entre otras.

Con un sello de autor característico y una fuerte identidad que hace que sus películas sean inconfundibles, Ritchie renovó en los años '90 los largometrajes de bandidos y del underground británico gracias a una especial combinación de humor ácido y acción cruda. Todo potenciado con un trabajo de cámaras y montaje único que distinguía sus propuestas al imprimirle un ritmo dinámico y vertiginoso.

A lo largo de su carrera ha sabido generar amor y odio, seguidores y detractores, con películas que se han convertido en clásicos incuestionables y otras que han pasado sin penas ni glorias directo al olvido. En el medio, también se convirtió en una especie de celebridad durante los 8 años en los que estuvo casado con Madonna, matrimonio que lo hizo desfilar por más alfombras rojas de lo habitual, más persecuciones de paparazzis y su nombre apareciendo en los medios por razones no artísticas.

Su primer largometraje, Lock, Stock and Two Smoking Barrels, también conocido como Juegos, trampas y dos armas humeantes, es una verdadera joya. Allí podemos ver a un joven Jason Statham luciendo dotes actorales que luego fue perdiendo en papeles menos jugosos. Por suerte, Jason y Guy Ritchie han trabajado juntos en varias otras producciones que los han consolidado como una dupla formidable.

Otro de sus clásicos imperdibles es Snatch, también llamada Snatch: cerdos y diamantes, en la que consolida su estilo estético como director: ángulos de cámara poco comunes, planos aberrantes y un montaje lineal cronológico y paralelo de acciones simultáneas. Con un elenco y trama coral, vuelve a aparecer Statham que destaca junto con otros grandes nombres como Benicio Del Toro y Brad Pitt. Imperdible y vale la pena verla varias veces.

Algunos pasos en falso como Aladdin o su extraña versión de El Rey Arturo no opacan el gran trabajo que hizo con las dos películas de Sherlock Holmes, en las que dirigió a Robert Downey Jr. y Jude Law. Y aunque su carrera tenga una apariencia despareja, el gran Guy nos ha regalado momentos cinematográficos inolvidables que han pasado a escribir nuevas, novedosas y divertidas páginas en la historia del séptimo arte.