La triste historia real detrás del musical Tick Tick... Boom

Tick tick… Boom, el musical dirigido por Lin-Manuel Miranda, ha sido una de las mayores sorpresas del 2021. En un año con estrenos de muchos “tanques” como Dune de Denis Villeneuve, West Side Story de Steven Spielberg (también musical) o las películas de Marvel: Eternals y Spider-Man: No Way Home, esta producción llegó con muchas menos luces pero ha resultado muy bien tanto para críticos especializados como para el público en general. 

Este filme está protagonizado por Andrew Garfield, quien encarna a Jonathan Larson. Si bien se trata de uno de los nombres más conocidos en el mundo de Broadway, mucho se preguntarán ¿quién es Jonathan Larson?

El autor teatral nació en 1960 en White Plains, EEUU y se formó en la Universidad de Adelphi. Su sueño era dedicarse de lleno a la creación de obras teatrales, aunque también se había formado como actor. Durante sus 20, conoció a diversos personajes del círculo underground de Nueva York, mientras trabajaba como camarero en un bar para tener algo de dinero en el bolsillo. 

Cercano a sus 30, no había logrado instalarse en el rubro. Estuvo trabajando en una ópera rock futurista que se llamó Superbia, inspirada en 1984, de George Orwell. Obra que apenas pudo presentar en distintos lugares sin ánimo de lucro. En paralelo y casi como un grito de desesperación, creó Tick, Tick… Boom!, el musical que le da nombre a la película y que constaba de él en un piano con una banda que lo acompañaba. Jonathan era crítico con la  mayoría de las obras del momento. “Me sorprende que en los musicales, incluso en las obras de teatro que se estrenan hoy en día, no se vea la motivación que hay detrás de ellas, más allá de alguien con una idea brillante que quiere hacerse rico” llegó a declarar.

Sin embargo, todo empezó a cambiar cuando a principios de los 90, un escritor de obras llamado Billy Aronson tuvo la idea de escribir un musical actual basándose en La Bohème, la famosa ópera de Puccini creada en 1845. La idea le llegó a Larson, a quien se le ocurrió el nombre de Rent y comenzó a trabajar en este musical. 

La obra fue avanzando hasta que en enero de 1996 estaba todo dado para el debut. Larson asistió al último ensayo la noche del 25 de ese mismo mes. Volvió a su casa, donde inesperadamente, murió de una aneurisma de aorta producida por un Síndrome de Marfan nunca detectado. 

Casi como un capricho del destino, el musical fue un éxito absoluto, siendo representado en Broadway durante nada menos que 12 años. Llegó a recaudar más de 280 millones de dólares y el mismo Larson recibió numerosos premios, que, claramente, nunca pudo recibir. Incluso en 2005, Chris Columbus la llevó al cine, utilizando miembros del elenco original de Broadway. Jonathan Larson murió con apenas 35 años de edad, en la puerta del éxito que siempre  soñó con alcanzar.

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