Pipa: cierre a pura fórmula para una trilogía olvidable

Pipa: cierre a pura fórmula para una trilogía olvidable

La película, que se estrenó el miércoles en Netflix, completa la trilogía basada en las novelas de Florencia Etcheves. Luisana Lopilato vuelve a interpretar a su personaje de Manuela "Pipa" Pelari mientras se enfrenta a la violencia y la corrupción en el Norte argentino.

Kevin Maroto

Kevin Maroto

El miércoles 27 de julio llegó a Netflix "Pipa", el cierre de la trilogía que completan “Perdida” (2018) y “La corazonada” (2020). La trilogía está basada en la saga Los crímenes del sur, compuesta por las novelas La virgen en tus ojos (2012), La hija del campeón (2014) y Cornelia (2016), todas escritas por Florencia Etcheves.

El cierre de la trilogía nos muestra a la expolicía Manuela "Pipa" Pelari (Luisana Lopilato) viviendo una vida tranquila junto a su hijo y su tía en el monte jujeño. Sin embargo, el asesinato de una joven kolla la arrastrará nuevamente a un mundo de violencia y corrupción, en el que se convertirá en una investigadora extraoficial.

Al igual que las dos películas anteriores, también dirigidas por Alejandro Montiel, “Pipa” es un deslucido thriller que cae en todos los lugares comunes del género. El filme pretende abordar varias temáticas (corrupción política, negocios mineros, reclamos de comunidades originarias, etc.), pero lo hace de manera superficial y poco imaginativa.

Pipa” tampoco logra aprovechar los espectaculares escenarios del Norte argentino, ya que Montiel abusa de las tomas aéreas de spot turístico y no logra incorporar el clima de aislamiento rural a su historia.

Lopilato intenta dotar de aplomo a su personaje de Pipa, pero luce muy descolocada en medio del monte jujeño aunque sus intercambios con el personaje de Alicia (interpretado por la actriz chilena Paulina García) son de lo mejor de la película.

Inés Estévez, por su parte, hace lo que puede con su personaje de Etelvina Carreras, matriarca de una familia poderosa de la zona que busca cerrar unos negocios mineros que nunca quedan demasiado claros. El resto de los personajes parece existir solo para hacer avanzar la trama hacia el previsible final.

Lo peor de la película son los diálogos, utilizados en muchas ocasiones para explicar lo que ya quedaba claro o se intuía a través de las imágenes, desconfiando de la inteligencia del espectador promedio como suele ocurrir en muchas producciones de Netflix.

Lo cierto es que “Pipa” es un cierre a pura fórmula de una trilogía olvidable, que en ninguna de sus tres entregas logró levantar vuelo más allá de los espectaculares paisajes en los que el personaje de Lopilato se enfrentó a la corrupción y a la violencia mientras resolvía el crimen dispuesto para cada ocasión.

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