Las razones por las que tienes que ver La Huérfana: El origen

Las razones por las que tienes que ver La Huérfana: El origen

"La huérfana: El origen" llegó esta semana a los cines de Latinoamérica y sorprende con la locura de su relato, en el que toma riesgos cada vez menos habituales en los tiempos que corren.

Kevin Maroto

Kevin Maroto

En los últimos años hemos comprobado que son pocas las precuelas/secuelas que logran expandir con éxito el universo de la película o serie original dotando de mayor profundidad a sus personajes. Afortunadamente no es el caso de La huérfana: El origen, la desprejuiciada precuela de la exitosa película de terror protagonizada por Isabelle Fuhrman en 2009.

Fuhrman es la única actriz que trabaja en ambas películas, ya que esta precuela hasta cambia de director con respecto a "La Huérfana". Aquella película fue dirigida por el español Jaume Collet-Serra, mientras que la nueva entrega está a cargo de William Brent Bell.

Lo más destacable de esta curiosa precuela es la forma en la que decide contar el origen de la temible Esther (Isabelle Fuhrman), haciéndolo sin prejuicios y tomando riesgos que son cada vez menos habituales. La película nos muestra la violenta manera en la que Esther (Lena en ese momento) consigue escapar del psiquiátrico ruso en el que está recluida para luego viajar a Estados Unidos haciéndose pasar por la hija desaparecida de una familia adinerada.

Isabelle Fuhrman vuelve a interpretar a la temible Esther.

Como ya vimos en “La huérfana”, Esther es una mujer adulta que por una condición muy particular tiene el aspecto de una niña de 10 años. En aquella película, Esther era adoptada por una familia cuyos integrantes iban descubriendo de a poco que algo no andaba bien con la supuesta niña.

La principal dificultad con la que se encuentra la precuela es el hecho de que Fuhrman actualmente es una joven de 25 años de estatura normal y no la niña de 10 años que era cuando se filmó la película original. Para solventar ese problema, debieron recurrir a efectos digitales y a la utilización de la perspectiva y varios dobles para rejuvenecer y “encoger” a la actriz.

La idea de ocultar la verdadera edad de Esther funcionaba en el filme original, pero acá no termina de encajar. Sin embargo, la película parece divertirse y disfrutar con esa falta de verosimilitud y no tomarse del todo en serio a sí misma. Esto es quizás lo más interesante de “La huérfana: El origen”, ya que la cinta no teme profundizar en su costado más camp.

Tras un giro que muchos amarán y otros odiarán, la película abraza toda su locura en su segunda mitad, manteniendo el humor negro y las fascinantes vueltas de tuerca de la original. Si bien a muchos les costará aceptar esa suspensión de la incredulidad que exige el filme, quienes logren hacerlo podrán disfrutar de una película de terror que asume riesgos poco habituales en los tiempos que corren.

Quienes logren entrar en el juego que propone la película y abrazar la locura del relato, la pasarán muy bien y acabarán empatizando de manera inesperada con la malvada -o no tanto- Esther y el origen de su carrera criminal.

“La huérfana: El origen” llegó esta semana a los cines de Latinoamérica (ya se había estrenado en España a comienzos de septiembre) y también se encuentra disponible en Paramount+ para quienes prefieran verla en streaming

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