La escena más osada entre Anne Hathaway y Jake Gyllenhaal en la pantalla

Anne Hathaway es una de las actrices más conocidas del cine. Su carrera en la pantalla grande se remonta a 2001, cuando protagonizó la popular adaptación de El diario de la Princesa. Algunos años más tarde llegaría El diario de la princesa 2, sin embargo, rápidamente Anne dejó atrás a la inocente princesa Mía para adoptar roles más maduros.

Así llegarían sus papeles en Brokeback Mountain (2005), El diablo viste a la moda (2006), Guerra de novias (2009) y muchas más. En 2013 ganó el Oscar a Mejor actriz de reparto por su rol en Los Miserables, adaptación en la que compartió pantalla juno a Hugh Jackman, Russell Crowe, Eddie Redmayne y Amanda Seyfried.

A lo largo de su carrera le ha tocado interpretar gran cantidad de personajes, algunos con personalidades más fuertes y otros más débiles, pero siempre anclados a la sensibilidad que solo Anne Hathaway le puede poner.

En 2005 le había tocado compartir escena con Jake Gyllenhaal en el drama Brokeback Mountain, donde interpretaban a marido y mujer. Cinco años después volvió a repetir Gyllenhaal en comedia romántica De amor y otras adicciones (Love and Other Drugs).

La película está ambientada a finales de los años 90 y se basa en una historia real. La cinta sigue a Jamie, un joven que trabaja en el mundo de las ventas farmacéuticas. Un día, mientras recorre una clínica, conoce a Maggie, una atractiva joven de la cual se siente atraído de forma inmediata. Lo que Jamie no sabe es que Maggie padece Parkinson, una enfermedad que limita su vida en muchos aspectos.

Como toda comedia romántica, De amor y otras adicciones tiene momentos de risa, otros de tristeza, pero también algunas escenas un tanto subidas de tono que sacaron a la luz la química entre Hathaway y Gyllenhaal.

A medida que la relación entre ambos personajes avanza, ambos se dan cuenta que la atracción es más que física. Sin embargo, las escenas de intimidad entre Jamie y Maggie, por momentos alcanzan niveles inesperados para el género.

Debido a la cantidad de escenas "subidas de todo" que Jake y Anne tuvieron que filmar para la película, ambos tuvieron que prepararse física y mentalmente. En especial porque el filme se proponía mostrar una historia de amor y el objetivo era poder representar esas escenas íntimas de la forma más realista posible. De ahí que este dúo de actores debió salir de su zona de confort y dar rienda suelta a la pasión que sus personajes les exigían.

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