La trágica historia detrás de la primera mujer asiática nominada a los Premios Oscar

La trágica historia detrás de la primera mujer asiática nominada a los Premios Oscar

Merle Oberon fue una actriz que ocultó durante toda su carrera sus orígenes, para evitar caer en la discriminación reinante de la industria

Nicolás Berte

Michelle Yeoh rompió una terrible racha con su nominación en la categoría a Mejor Actriz: 85 años sin que una mujer asiática este entre las candidatas a quedarse con la estatuilla. Eso puede ser uno de los justificativos que la lleven a quedarse con el premio, algo que incluso ella parece apoyar tras haber publicado el fragmento de una nota que borró apenas unos minutos después.

Si bien para muchos resulta incómodo que la Academia intente, permanentemente y a través de sus premios, darle una lavada de cara a la industria, lo cierto es que cuentan con muchos años de actitudes muy discriminadoras que los ponen en falta con varias minorías, algo que los representantes de la industria saben muy bien. 

Justamente viene al caso la historia de la anterior actriz nominada al premio, hace nada menos que 85 años. Se trata de Merle Oberon, nominada por el drama The Dark Angel en 1935. ¿Cuá es la particularidad con Oberon? Que la actriz nunca admitió sus raíces, y ni siquiera se supo, hasta después de su muerte, su verdadero lugar de nacimiento. 

Ella había nacido en la India, en 1911, siendo hija de una mujer de Sri Lanka y de un padre irlandés. De pequeña sufrió bullying por sus raíces mixtas, tanto en su país natal como una vez mudada a Inglaterra, siendo adolescente. Una vez allí, comenzó a tener algunos papeles en producciones. Fue allí donde Alexander Korda, productor estudio, le sugirió cambiar su nombre: de Estelle Merle O'Brien Thompson a Merle Oberon. 

A partir de allí, la joven comenzó a tener varios papeles, aunque jamás alguno en referencia a su raíces. Claro, en esa época el lugar para otras razas o culturas estaba prácticamente vedado. Incluso se utilizaban actores blancos para hacer de negros o asiáticos, o en cualquier caso eran utilizados en papeles mucho menos importantes que los demás.

Por ello Oberon siempre escondió sus raíces. Utilizaba un maquillaje especial para "blanquear" su rostro y jamás hablaba de sus progenitores. Incluso había pintado ligeramente un retrato de su madre para que ella también parezca más blanca, y una vez fallecida, dejó de responder preguntas sobre ella. 

Todo esto marcó para siempre la carrera de la actriz. Luego de la nominación (por interpretar a una joven británica, dicho sea de paso), sufrió una accidente de tránsito que, sumado al uso de maquillaje permanente le marcó la cara para siempre. Esto provocó que el director de fotografía Lucien Ballard diseñara una iluminación especial para "tapar" estas cicatrices, que incluso al día de hoy es conocida como "Obie". 

Los años pasaron y nunca se supo de los orígenes de Oberon, que en una de sus últimas películas interpretó a una mujer que no conocía sus orígenes ni de dónde venía, en una suerte de alter ego de la propia actriz. Ya de adulta, fue invitada a Tasmania donde querían homenajearla, algo que la actriz prefirió dejar pasar por alto. 

Luego de su muerte en 1979, se publicó una biografía de la actriz, donde por fin se publicaba el verdadero lugar y fecha de su nacimiento, comprobando que había sido en India, en 1911. Casi 90 años pasaron de estas situaciones, y si bien no podemos decir que la discriminación ha terminado, está claro que Hollywood ha dejado atrás este tipo de prácticas tan nefastas. Quizás por eso la sobreimpostación que inunda las galas desde hace varios años. Por lo menos es mejor que la historia de Merle Oberon.

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