El gesto de Tarantino con los directores de la primera película de Mario Bros

En 1993 se estrenó una adaptación que resultó un verdadero fracaso, aunque el mítico director estadounidense estaba dispuesto a cambiarlo
Quentin Tarantino no es sólo realizador sino también un gran divulgador y exhibidor de películas
Quentin Tarantino no es sólo realizador sino también un gran divulgador y exhibidor de películas Foto: The Guardian

Rocky Morton y Annable Jankin son dos directores de cine que en 1993 llevaron por primera vez a la gran pantalla una adaptación del popular juego del Nintendo, Mario Bros. La película no fue bien recibida por el público, que la consideró demasiado oscura para su trama, y fue considerado como un gran fracaso durante muchos años. 

Esto causó grandes problemas en la carrera de este dúo de directores, que tuvieron, según sus propias palabras, una "marca negra" que no se podían quitar, algo que les negó la posibilidad de desarrollarse en Hollywood. Con el tiempo, la película obtuvo otra visión, y a medida que se iba acomodando en la lista de clásicos de culto que en su momento fueron criticados, llegó la mano del gran Quentin Tarantino. 

El realizador habló en su podcast, “The Video Archives Podcast", de la opera prima de los directores, D.O.A. un film estrenado en 1988 que tanto él como su compañero Roger Avary consideraban como una gran película. Esto llevó a que el director proyectara en uno de sus cines, el New Beverly Cinema, la bastardeada película de Mario Bros de 1993. 

Claro que esta vez fue todo diferente. Largas filas de personas, risas, fotos, autógrafos y preguntas, toda una reivindicación para los realizadores, que tuvieron que esperar 30 largos años, pero que seguro habrá valido la pena. 

Las imágenes de la nueva película no tienen nada que ver con la estrenada en 1993

Mario Bros de 1993 tiene varias diferencias con la película actual. De hecho la empresa Nintendo no participó en la creación de aquella película que protagonizaron Bob Hoskins y John Leguizamo. Además, no se trató de una película animada, sino que fueron los actores interpretando directamente a los personajes del juego. 

Tal fue el rechazo a la película que los propios directores no la vieron nunca más, hasta que 30 años después apareció Tarantino, que una vez más, y como resultado de su inmensa cinefilia, reivindica a figuras que quizás fueron subestimadas. 

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