Oppenheimer: Christopher Nolan cuenta con magnificencia la tragedia de una mente brillante

Oppenheimer: Christopher Nolan cuenta con magnificencia la tragedia de una mente brillante

El director dirige a Cillian Murphy, Emily Blunt, Robert Downey Jr, Florence Pugh y Matt Damon en una de las mejores películas del año.

Magela Muzio

Magela Muzio

Christopher Nolan es uno de esos directores que pocas veces dejan indiferente a la audiencia con sus realizaciones. Podemos mencionar muchos de sus filmes (Memento, Inception, La trilogía de Batman, Dunkerque, Tenet), y todos ellos provocan algo en el espectador que no muchos directores logran. Y Oppenheimer no es la excepción. En esta ocasión, el cineasta se adentra en una biopic, un género que hasta el momento no había explorado, y lo hizo centrándose en una de las figuras más controversiales del siglo XX, J. Robert Oppenheimer, también conocido como "el padre de la bomba atómica".

A lo largo de 3 horas de duración, Nolan nos lleva a través de un drama denso, profundo y meticuloso sobre una de las mentes más brillantes y atormentadas de la historia, y cuyo trabajo desembocó en una de las creaciones más aberrantes que la humanidad ha conocido.

La película está basada en libro American Prometheus: The Triumph and Tragedy of J. Robert Oppenheimer, un biografía ganadora del premio Pulitzer escrita por Kai Bird y Martin J. Sherwin, publicada en 2005 que compiló 25 años de trabajo por parte del dúo de escritores. El guion fue escrito por el propio Nolan, que describe parte de la vida de Oppenheimer, pasando por sus años académicos, su vida personal, hasta llegar a su participación en el Proyecto Manhattan, donde fue el encargado de dirigir un laboratorio secreto cuya misión era la realización de una bomba que, de ser exitosa, pondría fin a la Segunda Guerra Mundial.

Tráiler de Oppenheimer:

Fiel a su estilo, Christopher Nolan nos lleva a recorrer la vida de este atormentado genio a través de dos líneas temporales. Una que recorre la vida de Oppenheimer desde la década del 20, mientras recorre Europa como estudiante universitario, conociendo a varios de los genios que despertaron su curiosidad por la física cuántica. Toda esta faceta es retratada a través de las vívidas imágenes a color que Nolan filmó utilizando cámaras IMAX, que logran sumergirnos por completo en la vida y en la época en la que Oppenheimer daba sus primeros pasos en el ámbito intelectual.

La otra línea temporal, que en un abrir y cerrar de ojos pasa al blanco y negro, nos lleva a revivir la cruel batalla que se libró entre Oppenheimer y Lewis Strauss (Robert Downey Jr.), quien fuera presidente de la Comisión de Energía Atómica de los Estados Unidos. Este suceso se desarrolla en la década del 50' en los años posteriores a la creación de la bomba, cuando se lleva a cabo una auditoria interna cuya objetivo final era desacreditar la figura del científico. 

El guion de Oppenheimer se va fusionando entre los momentos a color, que están contados desde el punto de vista del protagonista, con primeros planos ideados para transmitir una sensación de cercanía e intimidad. Mientras que los momentos asfixiantes en blanco y negro captan el punto de vista de Strauss en su intento de acorralar a Oppenheimer mediante acusaciones falsas de supuestos vínculos comunistas que lo colocan como una potencial amenaza para los Estados Unidos.

Matt Damon interpreta al general Leslie Groves, quien reclutó a Oppenheimer para el Proyecto Manhattan
Foto: Universal Pictures 

La historia de la película se va construyendo de a poco, pero gracias al acompasado ritmo del guion, la tensión llega en el punto preciso. En el momento en que los científicos del Proyecto Manhattan se preparan para llevar a cabo la primera prueba de detonación en el desierto, podemos experimentar el mismo nerviosismo de todos aquellos hombres que se disponían a poner a prueba todos aquellos años de estudio y teoría que cambiarían la historia para siempre.

El filme no se detiene en las complejidades de la ciencia en el armado de la bomba y tampoco en mostrar las consecuencias devastadoras de la bomba o la guerra. En ningún momento se exhiben imágenes de la detonación de las bombas arrojadas sobre Hiroshima y Nagasaki. En una toma podemos ver el horror en el rostros de Robert Oppenheimer, quien desvía su mirada de la pantalla en la que se exhibe con gran fervor la devastación del dispositivo creado.

Otro punto a favor del filme es que tampoco se detiene a juzgar la figura de Robert Oppenheimer, algo que queda enteramente librado al espectador. La película traza un recorrido por el proceso y lo que significó, tanto para Oppenheimer como para todos aquellos que participaron de la creación de la bomba. Una de las creencias de Oppenheimer era que una vez visto el alcance de la bomba y la destrucción de la que era capaz, serviría de lección para poner fin a la ambición de las naciones por hacerse con un arma de destrucción masiva. Sin embargo fue el comienzo de algo mucho más grande que trascendió por completo la figura y el poder de Oppenheimer.

Murphy y Blunt como Robert y Kitty Oppenheimer 
Foto: Universal Pictures

Por supuesto no se puede dejar de mencionar a Cillian Murphy en el rol de Oppenheimer. Una actuación que demuestra que es un intérprete capaz de encausar un sinfín de emociones en su rostro, especialmente a través de esa penetrante mirada cristalina que invade la pantalla en cada toma. El verdadero Oppenheimer era muy carismático, algo que Murphy aprovecha a su favor, especialmente durante sus años de juventud. Sin lugar a dudas un triunfo para el intérprete irlandés de 46 años y para Nolan, que tras sucesivas colaboraciones con el actor finalmente decidió elegirlo para su primer protagónico.

Pero el crédito no es solo de Murphy. A pesar de que la película cuenta con un inmenso elenco de reconocidos actores, la mayoría muy bien en sus respectivos roles, destacan por sobre el resto Robert Downey Jr., Emily Blunt, Florence Pugh y Matt Damon.

Robert Downey Jr. en el rol del astuto, inseguro y poderoso Lewis Strauss, el principal antagonista del filme, en una de sus mejores actuaciones. Florence Pugh también se luce con su breve tiempo en pantalla como Jean Tatlock, una joven mujer con la que Oppenheimer mantiene una relación de varios años durante su paso por la Universidad de Berkley. La relación entre ambos fue compleja, mayormente por la inestabilidad emocional de ella, que la llevaron a quitarse la vida, un hecho que marcó a Oppenheimer.

Robert Downey Jr. como Lewis Strauss
Foto: Universal Pictures

También hay que destacar la actuación de Emily Blunt como Kitty Oppenheimer, la esposa del científico que también debió luchar contra sus propios demonios. A pesar de sus confrontaciones y la aparente distancia emocional que reina entre ellos (Oppenheimer era conocido por ser un mujeriego), es Kitty quien permanece a su lado hasta el final. Y hay una escena en particular donde Blunt se revela como una fuerza hasta el momento relegada a un segundo plano.

La estructura fragmentada de Oppenheimer va a tono con los conceptos de fisión y fusión que se exhiben al comienzo de la película. La idea de separación y combinación de elementos que dieron origen a la figura de Oppenheimer, como el héroe y villano de su propia historia. Lo que Christopher Nolan exhibe a lo largo de 3 horas de película se combinan en una sinfonía perfecta de caos, a menudo ilustrada con imágenes de átomos, ondas expansivas y vibratorias, imágenes que el propio Oppenheimer tenía en su mente. El hombre que vio cara a cara el horror y la destrucción pero que se animó a dar el paso definitorio, dejando en claro que no hay creación sin consecuencias. No es una película de terror, ya que no se encausa dentro del género, pero el terror que se exhibe da paso a la desesperación con un final que resultad devastador a la vez que esclarecedor. 

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