El doble de riesgo de Harrison Ford se prendió fuego como método de protesta durante la huelga del SAG-AFTRA

Los dobles de riesgo son una de las tantas ramas del SAG-AFTRA que se encuentra adherida al paro iniciado hace 12 días, en el que se reclaman diversas situaciones pero, principalmente, una participación más importante de los actores y actrices en las ganancias de las películas. 

Durante un acto del gremio de dobles, quien fuera el encargado de las escenas peligrosas de Harrison Ford se robó todas las miradas al prenderse fuego en el escenario. Mike Massa, el doble de Indiana Jones, quien también es coordinador y entrenador de dobles de riesgo, aprovechó sus habilidades para realizar este método de protesta sin provocar daño alguno. 

"Queríamos demostrar algo y creo que lo hicimos. Fue algo muy grato ver tanto apoyo de los dobles locales, los líderes locales y actores que aparecieron por aquí para apoyarnos. Fue un gran día", admitió Massa, quien compartió el video en sus redes con un mensaje que decía: "Estamos cansados de ser incendiados por la AMPTP". 

Mirá la protesta de Mike Massa aquí:

La AMPTP son las siglas de la Alianza de Productores de Cine y Televisión, una organización patronal comercial que representa a más de 350 empresas de producción de cine y televisión en negociaciones con sindicatos. Hoy ha tomado notoriedad por, hasta el momento, no retomar negociaciones con el sindicato de actores, en medio de la protesta. 

"Debemos participar en las ganancias de nuestros empleadores, ellos ganan millones con películas clase B", declaró en este acto el presidente local del SAG-AFTRA Eric Goins. "La AMPTP se niega a una participación de un show exitoso porque 'no corremos ningún riesgo'. Hemos perdido compañeros, además de varias heridas y fracturas trabajando para alguno de los shows de TV", agregó Elena Sanchez, actriz y doble de riesgo. 

Tras 12 días de huelgas, el conflicto parece lejos de solucionarse. En medio de una industria que observa los cambios en la forma de consumo, la idea de reducir sus márgenes de rentabilidad no parece convencer a ninguno de los responsables de las grandes compañías. Mientras, la creatividad de las protestas (y su enojo) es cada vez mayor. 

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