Good Omens estuvo cerca de ser una película protagonizada por dos famosos actores de Hollywood

Cuando pensamos en Good Omens, rápidamente se nos viene a la mente la famosa serie que triunfa en Amazon Prime Video. Protagonizada por David Tennant y Michael Sheen, la serie sigue al demonio Crowley y el ángel Aziraphale, quienes han sido amigos desde el comienzo de los tiempos a pesar de sus diferentes personalidades. Acostumbrados a la vida humana, ambos deben unir fuerzas para evitar el Apocalipsis, el cual será desatado por un niño, quien es el hijo del Anticristo.

La ficción de Amazon Prime Video se estrenó por primera vez en 2019, y rápidamente se convirtió en todo un éxito. Gracias a esto, recientemente aterrizó en la plataforma de streaming su segunda temporada, la cual también se llenó de comentarios positivos de parte del público y la crítica. Cabe recordar, que Good Omens se basa en la novela del mismo nombre escrita por Neil Gaiman y Terry Pratchett.

Good Omens, una de las mejores series de Amazon Prime Video:

La serie ha sido una de las últimas adaptaciones de las novelas de Gaiman en realizarse, pues previamente han salido a la luz producciones como Coraline, The Sandman, American Gods, entre muchas otras. Y curiosamente, mucho antes de que Prime Video estrenara la ficción de comedia y fantasía, existieron planes de llevar a Good Omens a la pantalla grande, de la mano de un famoso director y dos reconocidos actores.

Hacia fines de los años 90, el cineasta y comediante Terry Gilliam, director de películas como Brazil, Los caballeros de la mesa cuadrada, 12 monos y Pánico y locura en Las Vegas, tenía planeado llevar a cabo una adaptación de Good Omens. De esta manera, comenzados los años 2000, empezó a escribir el guión junto a Tony Grisoni.

En 2001 ya habían algunas versiones del guión terminadas, y Terry Gilliam se mostraba muy entusiasmado de llevar a cabo el proyecto, el cual parecía ser un poco diferente al libro de Neil Gaiman y Terry Pratchett. El propio escritor confesó que Gilliam le advirtió que habían eliminado gran parte de los aspectos cómicos así como también algunos personajes. El clímax de la historia era muy diferente e incluía secuencias musicales que se asemejaban a las producciones de Bollywood. 

Aún así, el escritor se mostró a favor de estos cambios y el proyecto parecía seguir en marcha. Incluso existía el rumor de que el casting ya estaba realizado, y que contaría con nada más y nada menos que Johnny Depp en la piel del demonio Crowley y Robin Williams como el ángel Aziraphale. Sin lugar a dudas, una dupla que pudo haber funcionado a la perfección en pantalla. A su vez, Terry Gilliam quería a Mel Gibson o Woody Allen para hacer de Dios.

Sin embargo, a principios de 2002 se dio a conocer que la película de Good Omens estaba aún intentando conseguir financiación para poder comenzar su rodaje, el cual estaba previsto para comenzar en abril. Debido a la falta de dinero, el director comenzó a enfocarse en otros proyectos y el filme terminó siendo puesto en pausa.

En 2008, Terry Gilliam aún se mostraba esperanzado de que la película aún pudiera realizarse, especialmente debido al éxito que estaban teniendo otras adaptaciones de las novelas de Gaiman como Beowulf y Stardust: el misterio de la estrella y con Coraline pronta a estrenarse. Sin embargo, nunca aparecieron nuevas noticias de este proyecto.

Lamentablemente, Robin Williams murió en 2014 y un año más tarde, Terry Pratchett falleció luego de batallar por un tiempo con Alzheimer. Tras la muerte de su amigo, Neil Gaiman desistió de intentar adaptar la novela, pero tras recibir una carta que Pratchett había escrito previo a su muerte, donde le alentaba a seguir con el proyecto, Gaiman terminó cediendo. De a poco, la serie de Amazon Prime Video comenzó a tomar forma.

Lo cierto es que Good Omens es una historia sumamente divertida y muy querida por el público. Actualmente, su adaptación televisiva brilla en el streaming, pero aún muchos se preguntan qué hubiera ocurrido con la película de Terry Gilliam. No caben dudas de que la dupla de Johnny Depp y Robin Williams hubiera funcionado a la perfección, pero tal vez no hubiera logrado superar la gran química que tienen David Tennant y Michael Sheen.

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