Esta es una película romántica de vampiros pero no se parece a ninguna otra historia sobre estos monstruos
Todos conocemos las películas sobre vampiros. Jim Jarmusch, sin emabrgo, decidió tomar esta temática para crear una atrapante romance inmortal que desafía al tiempo mientras critica la decadencia de la humanidad moderna.
El tiempo es, para muchos, el recurso más valioso y a la vez más inasible que tenemos. Lo vemos pasar, a veces con prisa y a veces con lentitud, pero siempre con la certeza de que es finito. Desde que nacemos, estamos sujetos a ese reloj que avanza sin detenerse, obligándonos a vivir con la urgencia de aprovechar cada momento, sabiendo que no podemos retroceder ni detener lo inevitable. Sin embargo, ¿qué sucede cuando el tiempo deja de ser una limitación y se convierte en algo infinito? ¿Cómo se transforma la percepción del mundo cuando los días, los años y los siglos se suceden sin el temor a que se acaben?
Jim Jarmusch explora estas inquietudes existenciales en Solo los amantes sobreviven, una película disponible en Prime Video que nos invita a reflexionar sobre lo que significa vivir más allá de los confines del tiempo, a la vez que presenta una historia de amor inmortal, un romance que trasciende eras y transforma la vida misma en una obra de arte en constante cambio.
Mirá el trailer de la película acá:
En el centro de la película están Adam (Tom Hiddleston) y Eve (Tilda Swinton), dos vampiros que han sobrevivido durante siglos, atrapados en una existencia que parece más monótona con el paso de los años. A diferencia de los humanos, que luchan por aprovechar su tiempo limitado, Adam y Eve son testigos de cómo las eras y las generaciones van sucediéndose sin fin. Lo interesante de estos personajes es cómo, a pesar de su inmortalidad, sienten un profundo apego por un pasado que perciben como una “época mejor”, una era que ha sido reemplazada por una modernidad que no entienden ni aceptan.
La historia toma un giro cuando Ava (interpretada por Mia Wasikowska), la irresponsable y despreocupada hermana de Eve, aparece y pone en peligro la frágil estabilidad de la vida de la pareja. Las acciones de Ava obligan a Adam y Eve a enfrentar una crisis que los lleva a reflexionar sobre su futuro en un mundo que parece haber perdido su esencia.
Este vínculo con el pasado es uno de los temas más interesantes de la película. Los vampiros de Jarmusch no son criaturas sedientas de sangre y violencia; son seres profundamente sentimentales que sienten nostalgia por tiempos en los que el arte, la música y la cultura eran venerados. Su relación romántica es el pilar que les da estabilidad, una conexión que ha perdurado a lo largo de siglos, atravesando las complejidades del tiempo y la transformación del mundo.
Esta añoranza por lo que alguna vez fue es lo que los define y los separa de los "zombis", como Adam llama a los humanos. Mientras que los vampiros viven para contemplar y preservar lo bello del mundo, los zombis parecen estar consumidos por la banalidad, destruyendo todo lo que tocan. Es aquí donde la película se distancia de los estereotipos del género vampírico, ofreciendo una reflexión sobre el deterioro cultural y la superficialidad de la sociedad moderna, en contraste con un romance atemporal. Los vampiros no mueren y por lo tanto, los vampiros lo ven todo.
A pesar de tener un ritmo pausado, la película logra capturar la atención a través de su ambientación hipnótica y su exploración de emociones profundamente humanas. A lo largo del film, Jarmusch nos sumerge en las acciones cotidianas de estos vampiros, mostrándonos que, a pesar de su inmortalidad, comparten muchos de los sentimientos que todos hemos
Lo que hace más relevante aún esta narrativa es el peso del amor en su vida. El romance entre ellos no solo es el eje de la trama, sino que también es el motor que les permite sobrevivir, tanto literalmente como emocionalmente, en un mundo en el que el tiempo parece tener menos importancia.
El reparto contribuye significativamente al impacto de esta reflexión. Hiddleston y Swinton interpretan a la perfección a dos seres que, aunque han vivido más de lo que cualquier humano podría imaginar, siguen luchando con las mismas preguntas existenciales que nos afectan a todos. Su química en pantalla es tangible, y logran transmitir una intimidad y familiaridad que solo siglos de convivencia podrían generar.
Una de las grandes fortalezas de Solo los amantes sobreviven es cómo logra hacer que los espectadores se sientan parte de este mundo tan ajeno. A través de un enfoque minimalista, el director nos invita a ser testigos de una vida que, aunque inmortal, está llena de rutinas y preocupaciones que nos resultan familiares.
Solo los amantes sobreviven es una meditación sobre la inmortalidad, pero también es una crítica al estado de la sociedad moderna, una sociedad que ha olvidado las cosas que una vez le dieron sentido. Una película romántica sin igual que no debes dejar de ver en Prime Video.