Joker: Folie à Deux: ¿por qué falla la secuela protagonizada por Joaquin Phoenix y Lady Gaga?
En 2019, Todd Phillips irrumpió en la escena con Joker, una película enmarcada en el género del cine de superhéroes que rompía por completo los esquemas del género y narraba la historia de un hombre con evidentes problemas mentales marginado de la sociedad y el sistema.
Dicha apuesta no solo se convirtió en un estrepitoso éxito de taquilla, superando los 2 mil millones de dólares de recaudación, sino que fue ampliamente galardonada durante la temporada de premios, otorgándole a su protagonista Joaquin Phoenix cuanta estatuilla fuera posible, incluido el Oscar a Mejor actor.
Tras semejante consagración, Phillips y Phoenix sorprendieron al mundo con el anuncio de una secuela que llegó a los cines esta semana. El filme lleva por nombre Joker: Folie à Deux, y retoma la historia de Arthur Fleck, ahora confinado en el Asilo Arkham y a punto de ser juzgado por los crímenes cometidos en la primera película. Durante su estadía en Arkham, Arthur conoce a Lee, otra reclusa que pronto se convertirá en su compañera.
Tráiler de Joker: Folie à Deux:
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Hasta aquí podríamos decir que Joker 2 funciona bien. Retoma la historia de la primera película y busca ampliarla a través de la inclusión de nuevos personajes. Pero el director Todd Phillips decide introducir un elemento poco habitual en el cine de superhéroes como es el musical.
A medida que la trama avanza, Arthur utiliza la música como una forma de escape para dar rienda suelta a una fantasía que utilizará junto a Harley para escapar de su penosa realidad. Claro que la película no es un musical puro y duro, y el director las utiliza como pasajes para explorar en la atormentada y dañada psiquis de Arthur.
Pero aquí es donde sucede lo extraño. Las escenas de baile y canto, en las que Joker y Harley recrean clásicos del jazz, el pop y el musical, está muy bien ejecutadas. No carecen por completo de sentido, ya que además sirven para ilustrar el creciente romance entre ambos. Incluso me animaría a decir que son ampliamente entretenidos y le añade una pisca de locura y delirio a la historia de Joker. Mi objeción respecto de estos momentos es que la banda sonora de la compositora Hildur Guðnadóttir queda relegada a un segundo plano, dejando de lado uno de los mejores aspectos de Joker.
Pero el principal problema radica en que Joker: Folie à Deux es una secuela. Funcionaría muy bien si fuese una cinta en solitario, una standalone movie que no necesita arraigarse a ningún universo compartido. Pero justamente ahí es donde falla, y lo hace a lo grande.
La película omite por completo lo logrado en la primera al punto en que la contradice y la rechaza. Por momentos carece por completo de sustancia. Es más, si miramos con atención, poco podremos decir del desarrollo del personaje y de la trama en esta continuación, que se limita a mostrar la rutina de Arthur en prisión, a menudo acosado y golpeado por los guardias, y las secuencias del juicio.
La secuela no pierde tiempo en mostrar el impacto de los crímenes de Joker o las consecuencias políticas de sus actos. Más bien se detiene en mostrar al villano como un mero producto de traumas infantiles y trastornos mentales, sin añadir mayor profundidad ni matices al personaje.
Phoenix vuelve a encarnar a Arthur Fleck con gran convicción. Para volver a ponerse en la piel del personaje, el intérprete se sometió nuevamente a una gran transformación física. Pero más allá de su aspecto y de su incontrolada risa, no hay mucho más para ver a excepción de las secuencias musicales. Aunque no se presenta con un cantante de gran talento, Phoenix se las ingenia para interpretar cada tema con una voz servicial pero poco refinada.
Después encontramos a Lady Gaga en el rol de Harley Quinn, o Lee, como Arthur la llama. La cantante devenida en actriz ha dejado en claro que cuenta con el carisma y la habilidad para ponerse frente a cámara y hacer lo suyo. Sin embargo, en Joker 2, su presencia está totalmente desaprovechada. Uno esperaría que la intérprete brille en los momentos musicales, pero la mayoría de las veces que le toca entonar alguna que otra melodía, se contiene la mayoría de las veces, sin sacar a relucir su máximo potencial.
Es difícil definir una película como Joker: Folie à Deux. Por momentos saca a relucir su costado más dramático, otras veces su lado musical y hasta sus momentos de drama judicial/criminal. Tampoco ahonda en las tendencias criminales de su protagonista ni en el amor obsesivo que desarrolla con Lee. Es una película a medias tintas que carece por completo de sustancia. Quizás lo más significativo de todo es el final, que envía a Arthur Fleck por un sendero seguro y definido.
Joker: Folie à Deux es una película que definitivamente dividirá a los fans. A pesar de todos sus defectos, la cinta resulta entretenida pero carece de rumbo, presentándose como totalmente desleal a su predecesora.



