La hazaña que logró Wicked para no recurrir a efectos visuales y crear un impresionante paisaje
Para lograr la impresionante atmósfera que vemos en Wicked, se recurrió a una técnica inusual pero impresionante: la plantación de nueve millones de tulipanes reales en el campo de Munchkinland.
Una película ambientada en Oz no puede no sorprender con paisajes deslumbrantes y Wicked, dirigida por Jon M. Chu, lo entendió perfectamente. Inspirándose en el aclamado musical de Broadway, esta producción no escatimó en detalles para transportar al público al mundo lleno de color y fantasía que tanto amamos. Uno de sus mayores logros fue plantar 9 millones de tulipanes reales que no solo embellecieron el set, sino que también marcaron un hito en la creación de escenarios cinematográficos.
El diseñador de producción, Nathan Crowley, explicó que su objetivo era que los escenarios fueran completamente auténticos, evitando el uso excesivo de CGI. “Jon dijo: ‘Necesito color, quiero un arcoíris’, y yo respondí: ‘Vamos a buscar un cultivador de tulipanes’”, comentó. Así comenzó un proyecto monumental en Norfolk, Inglaterra, donde se construyó el País Munchkin con campos de tulipanes en franjas de colores vibrantes que incluyen violetas oscuros, amarillos brillantes y rojos clásicos.
La tarea no fue sencilla. Mark Eves, un agricultor local, asumió la misión de plantar los bulbos antes de que llegara el invierno. "Le dije a Mark que necesitaba tulipanes hasta donde alcanzase la vista", recordó Crowley. Aunque inicialmente se habló de un millón de tulipanes, el envío finalmente contenía nueve millones de bulbos, algo que el diseñador calificó como “un buen trato” por parte del estudio.
Los tulipanes no solo sirvieron como decoración. En la historia, los Munchkins los cultivan para extraer tintes naturales, una metáfora visual que conecta con la temática de alquimia y transformación del filme. Estos paisajes brillaron principalmente en la secuencia inicial No One Mourns the Wicked, que da inicio a la historia de Elphaba (Cynthia Erivo) y Glinda (Ariana Grande).
¿Qué pasó con las flores después de la película?
Lo más sorprendente es lo que ocurrió después del rodaje. Las cabezas de las flores fueron recolectadas para formar techos vivos en las casas del set y los bulbos fueron replantados en los campos de Norfolk. “Mark planta los tulipanes, dejamos que florezcan y después se cortan las cabezas. Esto hace que los bulbos crezcan más grandes y fuertes para la próxima temporada”, explicó Crowley. Además, los campos estarán abiertos al público en abril, ofreciendo una experiencia única para los fans.
El realismo de los escenarios no solo ha impresionado a los críticos, sino también al público, que ha otorgado a Wicked una puntuación casi perfecta. Con más de 164 millones de dólares recaudados en su primer fin de semana.
No es la primera vez
Este enfoque no es nuevo para Nathan Crowley, quien tiene un historial de crear escenarios reales en producciones ambiciosas. Para Interestellar (en 2014), trabajó junto a Christopher Nolan y una idea igual de loca nació: la producción utilizó una gran extensión de tierras agrícolas en Canadá donde plantaron 200 hectáreas de maíz, lo que permitió filmar las escenas de la granja de manera natural.
Después de filmar, el maíz fue cosechado y vendido, lo que ofreció una forma sostenible de aprovechar los recursos del set. De esta forma, Crowley y su equipo no solo crearon un paisaje impresionante, sino que también aplicaron un enfoque consciente hacia la sostenibilidad en la producción cinematográfica.