El director de Mufasa: el rey león confesó que no es fan de la técnica clave que se usó para realizar la película
Barry Jenkins reflexionó sobre los retos de dirigir Mufasa y admitió que las películas completamente digitales "no son lo suyo".
En los últimos años, los live-actions han tomado un rumbo que trasciende los límites de lo pensabamos, adoptando nuevas tecnologías que los acercan a una hiperrealidad visual. Este enfoque no solo revive clásicos animados, sino que los reinventa mediante técnicas virtuales avanzadas, transportando incluso las historias protagonizadas por animales o elementos no humanos a un terreno nunca antes explorado. Ejemplo de ello es Mufasa: el rey león, la precuela dirigida por el ganador del Oscar Barry Jenkins, quien se sumergió en un mundo completamente digital para dar vida a esta historia.
Las técnicas serán innovadoras pero no todos los cineastas abrazan esta transformación con entusiasmo. Incluso el mismo Jenkins descubrió que esta manera de hacer cine está lejos de su zona de confort.
Mirá el trailer de Mufasa: el rey león:
Cuando Jenkins aceptó dirigir Mufasa, muchos se preguntaron por qué un cineasta con su sensibilidad artística asumiría un proyecto tan distinto. “No puedo tuitear sobre el Super Bowl sin que alguien me recuerde que estoy haciendo esta maldita película”, comentó con humor en una entrevista con Vulture. A lo largo de los tres años que trabajó en esta precuela de El Rey León, Jenkins enfrentó un desafío titánico: filmar una película sin sets físicos y crear todo desde cero con herramientas digitales.
Durante los 147 días de rodaje, Jenkins hizo todo lo posible por preservar su sello como director. Aunque trabajó en un entorno completamente virtual, buscó que Mufasa tuviera tomas largas y fluidas que, más que emular el estilo visual de Disney, evocaran a los grandes maestros del cine contemplativo. Sin embargo, su experiencia con esta nueva tecnología lo llevó a una conclusión rotunda: no es el tipo de cine que quiere hacer.
"Lo digital no es lo mío"
En palabras del propio director: “No es lo mío. Quiero trabajar al revés, donde quiero que todo esté físicamente ahí. Siempre creo que lo que hay aquí es suficiente y déjenme averiguar cuál es la química para hacer alquimia. ¿Cómo pueden estas personas, esta luz, este entorno, unirse para crear una imagen que sea conmovedora, que sea hermosa, que cree un texto lo suficientemente profundo, denso y rico como para hablarle a alguien?”. Jenkins no solo añora lo tangible, sino que busca la magia que surge cuando los elementos físicos interactúan de forma orgánica.
Después de Mufasa, todo apunta a que Jenkins volverá a sus raíces. Su productora de confianza, Adele Romanski, mencionó que podría dirigir un biopic sobre Alvin Ailey, un proyecto con un presupuesto significativamente menor. Este cambio de escala parece alinearse con el deseo del director de regresar a un cine más físico, donde la tecnología compleja no sea protagonista, sino herramienta.
Aunque lo digital no sea su terreno favorito, Jenkins admitió que esta experiencia le permitió expandir sus horizontes. En la misma entrevista, dejó volar su imaginación y se planteó cómo aplicaría estas técnicas en algo tan peculiar como una película de los Muppets. “Una película de los Muppet hecha en este estilo sería increíble. Podrías tener un set donde los titiriteros trabajen en un espacio neutral, como una caja negra o verde, y luego transponer eso a sets virtuales. Veo cómo podría funcionar”, reflexionó.
Así, aunque Jenkins prefiere lo tangible, su espíritu inquieto y creativo lo mantiene abierto a posibilidades inesperadas.