La aclamada película que reflexiona sobre un tema poco discutido y hoy triunfa en streaming

Las películas del género "coming of age" o el despertar sexual las hay por montones, pero pocas retratan la dura realidad que padecen algunas mujeres diagnosticadas con una raro trastorno congénito que afecta a una de cada 5000 mujeres, y que no solo afectará su vida íntima, sino también su identidad.

Esto es precisamente lo que retrata Diario de mi vagina (Fitting In), la película dirigida por Molly McGlynn y que en los últimos días se posiciona entre lo más visto de la plataforma de streaming Max.

La historia comienza con Lindy (Maddie Ziegler), una adolescente que se muda junto a su madre Rita (Emily Hampshire) a un suburbio de Ontario, Canadá. La joven no tarda en adaptarse a su nueva vida y al instituto, donde entabla amistad con Vivian (Djouliet Amara), compañera del equipo de atletismo, y con Adam (D’Pharaoh Woon-A-Tai), un compañero de clase del cual se siente atraída.

Mira el tráiler de Diario de mi vagina:

Frente a esta situación, Lindy decide hacer una visita al ginecólogo y así asesorarse sobre los métodos anticonceptivos para iniciar su vida íntima. En su encuentro con el profesional, la joven le relata que aún no ha experimentado su menstruación, lo que la lleva a hacerse algunos exámenes de rutina y estudios para averiguar si todo está en orden.

Sin embargo, pronto descubre que padece el extraño Síndrome de Mayer-Rokitansky-Küster-Hauser (MRKH), una condición que se origina en etapa fetal. En el caso de Lindy, significa que nació sin útero, cuello uterino ni la mayor parte de la vagina; nunca tendrá menstruación, no podrá quedar embarazada y le resultará prácticamente imposible tener relaciones sexuales sin ayuda manual o quirúrgica.

Este descubrimiento llega como un baldaso de agua fría para la protagonista, que pronto se siente perdida, avergonzada y, lo más terrible de todo, convencida que nunca podrá ser una adolescente normal. A partir de aquí, Lindy descubrirá un nuevo mundo y pronto encontrará contención donde menos lo imagina.

Gracias a que ciertos momentos de la historia son abordados desde la comedia, Diario de mi vagina no es el típico drama adolescente. Tampoco busca ser un drama aleccionador en ningún sentido, sino más bien una apuesta fresca, íntima y esperanzadora sobre la búsqueda, el descubrimiento y la aceptación del género propio y la identidad sexual, que no siempre van de la mano. Con sus 104 minutos de duración, esta película disponible en el catálogo de Max es uno de los títulos recomendados para ver esta semana.