Sean Penn no disfruta de la actuación desde hace 15 años y esta fue la última película que le gustó
El actor dijo que los últimos años trabajando han sido “miserables” y recordó cuál fue la última cinta donde disfrutó de su oficio. Ahora, tiene entre manos una nueva luz.
En el brillante mundo del espectáculo, las luces del escenario pueden deslumbrar tanto como quemar. Para muchos actores, el viaje hacia la fama está lleno de emociones, desafíos y recompensas. Pero, ¿qué sucede cuando la chispa se apaga y el arte se convierte en rutina? Este es el caso de Sean Penn, la estrella que alguna vez iluminó las pantallas con su talento y carisma, pero que ahora enfrenta una batalla interna con el desamor hacia su propia carrera.
Con una honestidad desgarradora, Penn reveló cómo el sueño que una vez persiguió con fervor se ha transformado en una jaula dorada, y cómo el brillo del estrellato ha perdido su encanto. En una entrevista con New York Times confesó que sus últimos quince años han sido “miserables en los platós" y la última película que disfrutó data del año 2008.
Según sus palabras, la razón por la que no ha disfrutado en absoluto de su trabajo se debe a que sentía como "un actor que está interpretando un papel principal y es un actor conocido y está siendo bien pagado [y] tiene una posición de liderazgo en una película y tienes que aparecer con energía y ser un guardaespaldas para el director de alguna manera".
"Yo me veía a mí mismo fingiendo todo aquello, y era extenuante", reconoce. "Lo que pensaba en realidad la mayor parte del tiempo era '¿qué hora es? ¿Cuándo nos marchamos?'. Estaba seguro de que ya no podía más, pero no sabía cómo llevar dinero a mi casa, viajar sin problemas y cosas así si lo dejaba".
La película que lo enamoró por última vez
En el año 2008 Sean Penn protagonizó una película que no pasó nada desapercibida aquel año. Milk, dirigida por Gus Van Sant, recibió elogios tanto de la crítica como del público por su interpretación poderosa y su importancia histórica.
La película sigue la vida de Harvey Milk, un destacado activista y político estadounidense, conocido por convertirse en el primer funcionario electo abiertamente gay en California y uno de los primeros en Estados Unidos. La cinta narra desde su llegada a San Francisco en la década de 1970 hasta su trágico asesinato en 1978. Milk se muda al distrito de Castro, un barrio conocido por su vibrante comunidad LGBTQ+, y se convierte en un activista apasionado por los derechos civiles de la comunidad gay. A lo largo de la película, se destacan sus luchas políticas, sus victorias y la influencia que tuvo en la comunidad LGBTQ+ y en la política estadounidense.
Milk tuvo un gran impacto en la visibilidad y representación de la comunidad LGBTQ+ en el cine. La película ayudó a educar a una audiencia más amplia sobre los desafíos y triunfos de la comunidad gay, y subrayó la importancia de la representación política y la lucha por la igualdad de derechos. Con este papel, Sean Penn levantó el Premio Oscar a Mejor Actor por su actuación memorable y profundamente emotiva.
En la entrevista con New York Times el actor recordó aquel valioso papel pero admitió que jamás podrá repetirlo y que hoy en día no rodaría esta película. Según sus palabras, los actores heterosexuales que interpretan personajes queer se han convertido en un tema de debate demasiado acalorado en Hollywood. “Es un momento de tremenda extralimitación. Es una política tímida y sin arte hacia la imaginación humana”.
Por suerte Sean Penn tiene ahora un nuevo proyecto entre manos que parece haberle devuelto la ilusión. Este año, durante el Festival de Tribeca 2024, presentó su nueva película Daddio, a la cual llegó gracias a su amiga Dakota Johnson. Al estilo de Drive my car, la película muestra a Johnson como una pasajera en un taxi conducido por el personaje interpretado por Penn. La trama se centra en una conversación profunda y extensa entre ambos después de que el personaje femenino llega al aeropuerto JFK de Nueva York y toma un taxi hacia Manhattan.