El drama romántico que fue llevado a la pantalla en los 70 y terminó siendo uno de los grandes fracasos de Hollywood

Mia Farrow y Robert Redford protagonizaron la adaptación de El gran Gatsby, basada en la novela de F. Scott Fitzgerald.
Mia Farrow y Robert Redford en El gran Gatsby
Mia Farrow y Robert Redford en El gran Gatsby Foto: Paramount Pictures

El año 1974 fue un año extraordinario para el cine. El entonces acuñado "Nuevo Hollywood" alcanzó su madurez con obras maestras de directores como Francis Ford Coppola, Robert Altman, Roman Polanski y muchos más. Sin embargo, en medio de ese panorama triunfal, hubo una película que generó gran expectativa pero se convirtió en una completa decepción: la adaptación de El Gran Gatsby de F. Scott Fitzgerald, protagonizada por Robert Redford y Mia Farrow

La historia gira en torno a Nick Carraway, un joven que se traslada a vivir a West Egg, en Nueva York. Allí conoce a su misterioso vecino, el Sr. Gatsby, quien vive en una imponente mansión y continuamente organiza fiestas y celebraciones en su propiedad. A pesar de sus orígenes humildes, Gatsby se enriqueció tras la Primera Guerra Mundial, y vive sus días atormentados por la bella Daisy, quien fuera su amor y se ha casado con otro hombre.

Tras una larga lista de actores, Farrow y Redford fueron elegidos para los roles de Jay Gatsby y Daisy. Foto: Paramount Pictures

La película dirigida por Jack Clayton tenía todo a su favor para ser un éxito. El productor del momento, Robert Evans, había comprado los derechos de la novela de Scott Fitzgerald para que su entonces esposa, Ali MacGraw, la estrella de Love Story, interpretara a Daisy, la protagonista femenina. El plan cambió drásticamente cuando la actriz dejó a Evans por Steve McQueen.

El guión original iba a ser escrito por Truman Capote, pero este fue reemplazado por Francis Ford Coppola, quien venía de dirigira la exitosa El padrino. De hecho fue Redford quien recomendó al director, ya que le había gustado la reescritura que Francis había hecho de The Way we Were, el drama romántico que protagonizó junto a Barbra Streisand.

No hubo actor ni actriz de Hollywood que no hayan sido considerados para los roles protagónicos de Jay Gatsby y Daisy Buchanan. Si bien la dupla recayó en Robert Redford y Mia Farrow, otros nombres entraron en la lista como Marlon Brando, Jack Nicholson y hasta Steve McQueen, antes de su affair con MacGraw. Lo mismo sucedió con el rol de Daisy, que se consideraron estrellas como Liza Minelli, Julie Christie, Faye Dunaway, Candice Bergen, Katharine Ross, y Lois Chiles.

El resto del elenco incluyó una buena cantidad de actores emergentes de Hollywood como Bruce Dern, Sam Waterston, Karen Black, Scott Wilson, Lois Chiles, Edward Herrmann y Roberts Blossom.

Robert Redford, uno de los grandes galanes del cine de los 70. Foto: Paramount Pictures 

Pese a los nombres que integraban el elenco y la notoria campaña de marketing que el estudio llevó a cabo, el resultado final estuvo muy por debajo de lo esperado. El director Jack Clayton, conocido por títulos como The Innocents y Un lugar en la cumbre, no logró capturar la vibrante esencia de la Era del Jazz, ni la complejidad emocional de los personajes de Fitzgerald. Además, el estilo visual y el lento ritmo del filme, tampoco ayudó.

Según reveló años después el director de fotografía Douglas Slocombe, el verdadero problema radicó en el montaje final. El estudio Paramount Pictures, convencido de tener un éxito en sus manos, recortó 40 minutos de la película original. Esta decisión, según Slocombe, destruyó el ritmo narrativo y convirtió un filme de tres horas en uno torpe y carente de fluidez.

A pesar de los esfuerzos de promoción, El Gran Gatsby de 1974 fue calificada como una "decepción". La crítica y el público coincidieron en que la película no lograba capturar la magia de la novela original. Sin lugar a dudas, las versiones de 1949 y 2013, esta última dirigida por Baz Luhrmann y protagonizada por Leonardo Di Caprio, son consideradas superiores. La versión de 1974 sigue siendo un recordatorio de un proyecto que pudo ser grandioso pero que, por decisiones apresuradas, se convirtió en un notable fracaso.