Así fue como Barbra Streisand arruinó la que prometía ser una de las grandes historias de amor de los 70

La actriz protagonizó la remake de Nace una estrella, que es considerada una de las peores remakes de la historia.
Barbra Streisand como Esther Hoffman
Barbra Streisand como Esther Hoffman Foto: Warner Bros.

Una de las historias que mayor cantidad de veces ha sido llevada al cine es Nace una estrella (A Star is Born). La primera fue en 1937, seguida de una versión televisiva en la década de los 50 con Kathleen Crowley y Conrad Nagel. Esa misma década volvió a los cines en 1954 con Judy Garland y James Mason de protagonistas, y por último en 2018 con Bradley Cooper y Lady Gaga.

Pero como no podía ser de otra forma, la década de los 70 también tuvo su versión de Nace una estrella con Barbra StreisandKris Kristofferson de protagonistas. Y es que a pesar de ser considerada una gran historia, la cinta es considerada por muchos como un fracaso épico. Y si bien fue considerada un éxito de taquilla en aquella época, la película se vio envuelta en una serie de problemas, mayormente detrás de escena, que enviaron la cinta por el mal camino.

Y es que muchos atribuyen esta fallida versión de Nace una estrella a las tensiones que se sucedieron detrás de cámara entre el director de la cinta Frank Pierson y la estrella de la película, Barbra Streisand. La constante injerencia de la actriz en el trabajo del director fueron al extremo, tal como lo detalló Pierson en 'My Battles with Barbra and John', un famoso ensayo que publicó en la revista New West antes del estreno de la película.

La versión de los 70 fue la tercera remake de Nace una estrella. Foto: Warner Bros. 

Allí, el cineasta narra su experiencia a la hora de reescribir el guion y las constantes intromisiones de Streisand. "Barbra no podía entender por qué debía trabajar solo. 'Sería mucho más rápido si trabajáramos juntos. Podrías decirte qué escribir'", recuerda en uno de sus pasajes más reveladores.

Tampoco es un secreto que una vez finalizado el rodaje, Streisand y el productor John Peters rehicieron y editaron varias partes de la película, quitándole el control creativo a Pierson. Esta podría ser una de las razones por la cual la cinta termina con un primer plano de 7 minutos de la protagonista.

Pero más allá de este choque, fueron varios los factores que hicieron fracasar al filme. Si bien es innegable el talento de Barbra Streisand, tanto como actriz y como cantante, muchos coincidieron en que no era la indicada para dar vida a Esther Hoffman en esta versión de A Star is Born. La inseguridad y la falta de confianza que caracterizan a la cantante no congenian con la personalidad de Streisand, lo que restaba gran credibilidad a su interpretación.

A pesar del éxito comercial, no fue muy bien recibida por la crítica. Foto: Warner Bros. 

Kris Kristofferson tampoco se salvó de las críticas. El actor daba vida a la estrella de rock John Norman Howard, pero su interpretación fue considerada como plana y apática. Irónicamente, su actuación es considerada es una de las pocas cosas rescatables de la cinta. Hubo quienes sugirieron que la eliminación de material clave en la sala de edición fue lo que quitó profundidad al desarrollo del personaje, mientras que otros la consideran una muestra intencional de hastío por parte del actor.

Otro aspecto criticable fue la banda sonora. Kristofferson, quien en aquella época era un reconocido cantautor, no se le permitió componer ninguna de las canciones de la película. En su lugar, se optó por un repertorio heterogéneo compuesto por diversos autores, incluyendo a Rupert Holmes, Paul Williams, Kenny Loggins y Alan y Marilyn Bergman. Esta decisión fue un tanto peculiar, ya que Streisand sí tiene participación en la composición de dos canciones dentro del filme, siendo que poseía un estilo musical que no encajaban del todo con el género rock de Nace una estrella.

A pesar de sus falencias, la versión de 1976 de Nace una estrella resulta una película interesante por las alternativas que propone. No obstante, el filme es un buen ejemplo de cómo una buena idea puede verse afectada por decisiones erróneas detrás de cámaras.