¿Por qué el nombre de Beetlejuice debe repetirse tres veces?
Aunque ni la película original ni su reciente secuela explican la verdadera razón, aquí hay algunas teorías.
Advertencia: esta nota contiene spoilers de las películas Beetlejuice (1988) y Beetlejuice Beetlejuice (2024).
Beetlejuice es una de las películas más queridas de Tim Burton y un elemento básico de la colección de cualquier fan de Halloween. La película surgió de la nada para convertirse en un éxito sorpresa en 1988, y la secuela de 2024 ha demostrado ser igual de popular.
La trama sigue a una joven pareja, Adam y Barbara Maitland, quienes mueren trágicamente en un accidente. Sin embargo, su vida como fantasmas se vuelve más agitada que la real cuando una nueva familia se muda a su casa. La pareja intenta ahuyentarlos, pero no lo consiguen y acaban pidiendo ayuda al bioexorcista Beetlejuice, cuyo nombre pronuncian tres veces antes de que aparezca.
La película nunca explica con detalle por qué hay que invocar a Beetlejuice de esta manera, como tampoco lo hace la secuela. Sin embargo, la tradición aclara que se debe a que el fantasma prefiere asegurarse doblemente -o mejor dicho, triplemente- de que se le llama. Casi actúa como un contrato para asegurarse de que sus servicios son requeridos.
El número tres encierra un importante simbolismo
Las razones para utilizar el número tres son muy antiguas y están tan arraigadas en nuestra cultura que aceptarlo como “mágico” es casi una obviedad. En numerología, se asocia estrechamente con la alegría, el optimismo, la creatividad y los objetivos elevados. Las tradiciones astrológicas relacionan el número tres con Júpiter, que también expresa emociones optimistas y poderosas fuerzas creativas. La fe cristiana refleja emociones similares en su Santísima Trinidad, al igual que el hinduismo con su Trimurti cósmica, el Islam chiíta con sus tres principios y el budismo con sus Tres Joyas. Tradiciones más generales lo relacionan con el pasado, el presente y el futuro (que comprenden la totalidad de la existencia humana), lo que la fe wiccana refleja en sus Diosas Triples.
En los mitos y cuentos de hadas abunda el número tres: tres osos, tres cerdos, tres pruebas o desafíos y numerosos ejemplos en los que a la tercera va la vencida. No es de extrañar, pues, que el número tres se asocie a la magia y lo sobrenatural. Los tres deseos de un genio son el ejemplo más obvio, pero también pueden englobar obras literarias concretas. En Macbeth, de Shakespeare, hay tres brujas, lo que recuerda a las Diosas Triples de muchas producciones, mientras que en La flauta mágica, de Mozart, las tres siervas de la Reina de la Noche son un elemento central de la trama.
Esa conexión continúa en la cultura pop moderna y más allá. Las trilogías cinematográficas, por ejemplo, suelen gozar de especial consideración.
El nombre de Beetlejuice coincide con la lógica interna de la película
Algo tan sencillo y evocador como pronunciar un nombre tres veces puede conectar al público con todas las cosas raras que ocurren en el resto de la historia. También ayuda a vender las diversas partes de la trama que la película necesita para funcionar: gracias a la regla de las “tres veces”, el público las acepta más fácilmente y puede permanecer en la historia en lugar de intentar averiguar cómo funciona todo. Eso beneficia a la trama, ya que coquetea con importantes agujeros argumentales más de una vez.
Nadie se acuerda de eso, pero la regla del “tres veces” sigue siendo una parte muy querida de la mitología de la película. Ayudó a que Beetlejuice se convirtiera en un gran éxito, a pesar de sus extravagantes elementos y de su bizarría.
“Beetlejuice, Beetlejuice, Beetlejuice” sirve de contrato
Históricamente, el número tres también ha estado relacionado con el Diablo. Después de todo, se dice que a las 3 de la mañana comienza la hora del diablo, y en la Biblia, Jesús fue tentado por Satanás tres veces mientras estuvo en el desierto durante 40 días y 40 noches.
Aunque no hay pruebas que demuestren que Beetlejuice o esta versión del más allá sean de origen demoníaco, la explicación ayuda a añadir una capa más espeluznante a la historia. Además, dado que la cinta dedica tanto tiempo al concepto de la vida después de la muerte, las connotaciones satánicas del número tres parecen una inclusión adecuada para el argumento general.
Esto sigue en la secuela, Beetlejuice Beetlejuice, que vuelve a encontrar al fantasma intentando casarse con Lydia. Su ex mujer Delores, a la que descuartizó con un hacha durante la Plaga Negra, ha regresado en busca de venganza, y él espera esconderse en el mundo de los mortales. Mientras tanto, Lydia quiere entrar en el más allá en busca de su hija Astrid, que aún vive, y necesita la ayuda de Beetlejuice.
Como en la primera película, lo invoca evocando su nombre tres veces, y luego hace un trato con él del que más tarde se arrepiente. En ambas ocasiones, el uso del tropo conlleva una enorme cantidad de simbolismo tácito que vende al público lo peligroso que es invocar a este fantasma en particular por su nombre.
Sea cual sea la explicación, Beetlejuice es, ante todo, un hombre de negocios. Para él, pronunciar su nombre tres veces no es diferente de firmar varios papeles en un contrato. Sus métodos pueden ser cuestionables, pero habla de su carácter el hecho de que siempre se asegure de que una persona está segura de su decisión antes de hacer nada. Incluso cuando tiene que salvar a los Maitland en el clímax de la película original, le explica a Lydia lo que le costará ayudarles. Una vez expuestas sus condiciones, sólo faltaba pronunciar su nombre tres veces.