Puede que Beetlejuice 2 no sea una secuela necesaria, ¡pero qué bien se siente volver!

Puede que Beetlejuice 2 no sea una secuela necesaria, ¡pero qué bien se siente volver!

No te pierdas nuestra reseña sin spoilers de Beetlejuice 2, la nueva película de Tim Burton que revisita el clásico de los 80. ¿Vale la pena verla? ¡Te contamos!

Victoria Muzio

Victoria Muzio

Revisitar una clásico, ya sea en materia de remakes, reboots, secuelas o precuelas; siempre puede ser una experiencia algo atemorizante, especialmente cuando se trata de una película muy icónica y querida por el público, pues no podemos evitar pensar que la magia ya no será la misma. Afortunadamente, ese no es el caso de Beetlejuice 2.

A más de 35 años de su estreno, Tim Burton está de regreso con una secuela del clásico que dirigió en 1988, y nos trae una historia que también se ambienta varias décadas después de los sucesos de la película original, donde la familia Deetz se reúne en Winter River tras una tragedia familiar. Los recuerdos no tardan en volver, y cuando la hija de Lydia se mete en problemas, ésta deberá volver a unir fuerzas con el desagradable fantasma Beetlejuice para evitar que el caos se desate, tanto en el mundo de los vivos como de los muertos.

Mira el tráiler de Beetlejuice 2:

 

La cinta de 1988 contó con un final que le daba un cierre adecuado a la historia, por lo que su secuela no es particularmente un proyecto necesario. Sin embargo, Tim Burton logra traer una historia original, pero que nunca deja de rendirle homenaje a su predecesora, ofreciendo un balance perfecto entre la modernidad y la nostalgia. 

En una entrevista reciente, el director confesó que Beetlejuice 2 le devolvió la pasión por hacer películas, y aquello se hace notar, pues es evidente cuánto corazón le colocó a este proyecto que fascinará a los amantes de sus primeros trabajos. Es una montaña rusa de emociones, y cuando no nos estamos riendo, estamos reflexionando, pues es un filme que tiene mucho que decir sobre nuestras formas de lidiar con la pérdida y de relacionarnos con otros.

Beetlejuice 2 es una secuela que no se siente forzada y ofrece una historia original y bañada en nostalgia. Foto: Warner Bros.

Como no podía ser de otra manera, uno de los puntos más fuertes de Beetlejuice 2 es el regreso del elenco original. A sus 72 años, un impecable Michael Keaton nos vuelve a demostrar que es la única persona indicada para interpretar al fantasma titular, y en uno de los aspectos que esta secuela triunfa, es al explorar su vida con mayor profundidad, pues su historia de origen era uno de los puntos más enigmáticos del filme de 1988.

Winona Ryder nos trae una Lydia más madura, pero que aún sigue intentando descifrar algunos aspectos de su vida. Por otro lado, Catherine O’Hara es magnífica como la excéntrica Delia Deetz, y un punto a favor de Tim Burton es la originalidad con la que desarrolló la ausencia de Jeffrey Jones (encargado de interpretar al patriarca de los Deetz), cuya carrera se vio afectada a principios de los 2000 por una serie de acusaciones en las que fue condenado como agresor sexual.

Michael Keaton y WInona Ryder vuelven a ser la dupla perfecta en Beetlejuice 2. Foto: Warner Bros.

Los nuevos rostros que se sumaron al elenco funcionan a la perfección dentro del universo de Tim Burton. Jenna Ortega es una elección casi natural para el rol de Astrid, la hija de Lydia, y tras el éxito que significó Merlina, realmente dan ganas de verla nuevamente en otro proyecto del cineasta. Personalmente, la mayor sorpresa de esta película es Justin Theroux, quien se roba la pantalla con cada una de sus líneas y su entretenido personaje.

A estas alturas, podemos afirmar que Willem Dafoe es uno de los actores más versátiles de la industria, y su incorporación en una película de Tim Burton resulta una elección casi obvia. Lo que sorprende, es que dicha colaboración haya tardado tantos años en ocurrir. Lo mismo se puede decir de Monica Bellucci, de quien ojalá volvamos a ver en otra cinta del director, pues si bien su personaje es uno de los más interesantes de Beetlejuice 2, no se le da el suficiente tiempo en pantalla que uno hubiese querido. 

El personaje de Monica Bellucci se siente un poco desperdiciado. Foto: Warner Bros.

Cerrando un poco esta crítica, si fuiste fanático de Beetlejuice en 1988, no deberías perderte su secuela en cines. Es una película cargada de nostalgia, con un diseño de producción increíble y que casi no nos permite ver que tanto tiempo pasó entre cada película. Presenta un soundtrack de ensueño y una mezcla entre los efectos prácticos y la tecnología de hoy en día que se da con naturalidad y es usada con mucha inteligencia. Además, está plagada de referencias y tributos al cine de terror clásico e incluso al cine europeo, lo que le añade un tinte de frescura que está un poco ausente en las películas de hoy en día.

Beetlejuice 2 es Tim Burton en su máxima expresión, y si bien a la película le toma algunos minutos arrancar, una vez que lo hace, avanza y no nos permite detenernos. Su tercer y último acto se convierte en el clímax perfecto, cargado de risas y escenas memorables, aunque su resolución se siente apresurada. En conclusión, es una experiencia de lo más entretenida, que no solo atraerá a los amantes del clásico de los 80, sino también a las nuevas audiencias. 

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