La novicia rebelde: el triángulo amoroso entre los actores que te hará ver la película con otros ojos

Cuando pensamos en musicales icónicos del cine, resulta difícil no pensar en La novicia rebelde (The Sound of Music). Estrenada en 1965 y protagonizada por Julie Andrews y Christopher Plummer, recordemos que la historia gira en torno a María, una joven novicia que ve su vida cambiar por completo cuando empieza a cuidar de los siete hijos del Capitán von Trapp, de quien se enamora. 

Al día de hoy, La novicia rebelde es recordada por sus números musicales, por la química entre Julie Andrews y Christopher Plummer y por su tierna historia y mensaje sobre el amor y la familia. Basada en el musical homónimo de 1959 (y que a su vez se basa en las memorias de la verdadera Maria von Trapp), la cinta no tardó en ser elogiada por la crítica y el público, lo que la llevó a imponerse en los Premios Oscar, donde se llevó cinco premios, incluyendo Mejor película y Mejor director para Robert Wise.

Mira el tráiler de La novicia rebelde:

Si bien hoy en día el musical es recordado por ser un filme familiar, lo cierto es que existe un detalle detrás de cámara que hará ver toda la historia con otros ojos. Al parecer, existió una especie de triángulo amoroso entre algunos de los protagonistas, y teniendo en cuenta que sus personajes son familiares en el filme, definitivamente la percepción que tenemos de ellos cambia.

Uno de los protagonistas de The Sound of Music fue Nicholas Hammond, quien se encargó de interpretar a Friedrich von Trapp, el varón primogénito de la familia. Y fue hace algunos años que el actor, hoy de 74 años, confesó que durante el rodaje de la película estuvo profundamente enamorado de una de sus co-estrellas, Charmian Carr, quien interpretaba a Liesl von Trapp, su hermana mayor.

En aquel entonces, Hammond tenía solo 13 años, mientras que Carr ya tenía 20 años; y además de que el joven actor era simplemente muy joven para ella, los ojos de la actriz estaban puestos en otro miembro del reparto… Christopher Plummer. Así es, Charmian Carr estaba enamorada de quien era su padre en la ficción.

Si bien pudo existir algún coqueteo entre Carr y Plummer, quienes después del rodaje a veces se reunían para compartir un par de tragos; la relación entre ellos nunca fue más allá de la amistad / atracción. En aquel entonces, el actor tenía 35 años y se encontraba casado con su segunda esposa, Patricia Lewis, y en alguna ocasión la joven actriz reveló sus deseos de que algo sí hubiese ocurrido entre ellos.

De esta manera, a pesar de que el ‘triángulo amoroso’ no llegó a concretarse, resulta curioso imaginar cómo estos actores, quienes interpretaban hermanos o padre e hija, sentían atracción el uno por el otro detrás de cámara. Sin embargo, los sentimientos no impidieron que el rodaje se llevara a cabo de la mejor manera.

Nicholas Hammond reveló que no solo le confesó a Charmian Carr sus sentimientos, sino que eventualmente aprendió a superarla y con el tiempo, se convirtieron en muy buenos amigos, y su amistad logró perdurar por décadas hasta la muerte de la actriz en 2016 por complicaciones de demencia frontotemporal.