La emotiva escena de El Señor de los Anillos que fue un infierno de filmar e incomodó a los actores
El Señor de los Anillos cuenta con varios momentos emotivos, pero una de sus escenas más memorables fue muy difícil de filmar. ¡Enterate por qué!
Así como la trilogía de El Señor de los Anillos es recordada por sus épicas escenas de batalla y sus icónicos personajes, también se ha ganado el cariño del público por sus escenas que nos hicieron emocionar. Y de todas las películas de la saga, no caben dudas de que una de las más emotivas es El Señor de los Anillos: el retorno del rey (2003), especialmente porque se trató de la última entrega de la saga.
En este último capítulo; Frodo, Sam y Gollum se encuentran cada vez más cerca del monte del Destino, donde planean destruir el anillo único, y el cual dio inicio a su travesía en primer lugar. Por otro lado, Aragorn y compañía deben hacer frente a las letales tropas de Sauron, en una batalla épica en Tierra Media.
El Señor de los Anillos: el retorno del rey se llevó el Oscar a Mejor película:
Podemos mencionar muchas escenas emotivas dentro de El Señor de los Anillos: el retorno del rey, y una que nunca falla en llevarnos a las lágrimas es uno de los momentos finales del filme, cuando Frodo y Gandalf se despiden de Sam, Merry y Pippin previo a su partida hacia las Tierras Imperecederas.
Dicha escena resulta muy emotiva, particularmente por las lágrimas que despiden los personajes y por lo difícil que es ver el grupo de Hobbits separarse tras semejante aventura. Y aunque aquel momento es recordado con mucho cariño por los fanáticos, lo cierto es que los actores no disfrutaron ni un segundo de dicha escena, pues la misma fue un infierno de filmar.

El infierno detrás de la escena de despedida de El Señor de los Anillos
Si bien las actuaciones parecen genuinas y todo el momento está cargado de mucha emoción, la escena de la despedida en El Señor de los Anillos: el retorno del rey fue todo menos placentera para los actores involucrados, y eso se debió a una serie de problemas durante el rodaje que hicieron que toda la situación fuese tediosa y hasta incómoda.
La escena, que tiene una duración de aproximadamente cinco minutos, tardó tres días en realizarse, el triple de lo que debería haber durado originalmente. Para los actores, fue muy difícil alcanzar aquel estado de emoción, pues la escena ni siquiera se filmó al final de la producción, lo que hubiese generado un clima emotivo casi de inmediato. Por ese motivo, los actores tuvieron que hacer mucho esfuerzo para llorar y que todo se viera auténtico.

El primer día todo parecía ir en orden, hasta que Sean Austin cometió un error casi imperdonable. Durante una de las pausas, se quitó su capa y chaleco para poder almorzar con mayor comodidad. Sin embargo, cuando tuvo que volver a colocarse frente a cámara, olvidó colocarse la capa, lo que generó un error de continuidad que el equipo técnico no notó hasta el día siguiente, mientras revisaba el material filmado.
De esta manera, toda la escena tuvo que volver a ser filmada. Sin embargo, en el segundo día tampoco tuvieron suerte, pues luego de pasar toda la jornada trabajando, descubrieron que los camarógrafos habían cometido un error y habían filmado casi toda la secuencia desenfocada, lo que hizo que el material fuese inservible
Mirá la escena:
Y como dice el dicho, la tercera es la vencida, pues el tercer día pudieron completar la escena sin ningún problema. Sin embargo, los actores ya estaban exhaustos, y muchos no quedaron del todo conformes con el resultado final. Por supuesto, el público nunca notó esto, pues la escena final ofreció un momento que pasó a ser muy querido por los fanáticos.