3 películas nominadas al Globo de Oro que no ganaron, pero deberían haberlo hecho
Los Globos de Oro, junto con los Premios de la Academia, se han convertido en uno de los eventos más importantes de Hollywood. Durante 80 años, han destacado tanto éxitos de taquilla como dramas menos conocidos. Ganar este premio es un gran honor, pero solo un filme puede reclamar el premio a Mejor Película - Drama.
"Desaire" es un término fuerte; a menudo, el premio se decide por un margen muy estrecho entre dos películas excepcionales. En algunos casos, las cintas ganan mayor reconocimiento con el paso del tiempo. De cualquier manera, es un error asumir que un filme que gana el premio mayor es inherentemente superior a las demás nominadas.
En esta nota destacamos tres grandes películas que deberían haber ganado el Globo de Oro, pero no lo hicieron.
Haz lo correcto (Do the Right Thing, 1989)
Spike Lee mostró un gran talento desde el comienzo de carrera, pero nunca logró capturar la misma magia que con Haz lo correcto. Esta película retrató el distintivo estilo -y colorido- del cineasta, sumergiendo a los espectadores en las vibrantes calles de Nueva York mientras planteaba profundas preguntas filosóficas que siguen siendo relevantes hoy en día. La cinta destaca los conflictos cotidianos que escalan hacia la violencia, entregando un comentario crudo sobre la brutalidad policial en Estados Unidos y las relaciones raciales, un recordatorio doloroso de que el progreso ha sido lento.
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A pesar de la fuerte competencia con grandes éxitos como La sociedad de los poetas muertos y Nacido el 4 de julio, Haz lo correcto sigue siendo un pilar del cine de los años 80. Su influencia directa se puede observar en muchas películas de la década siguiente, consolidando su estatus como un referente cultural.
Sin lugar para los débiles (No Country for Old Men, 2007)
Los hermanos Coen están entre los mejores directores estadounidenses, y adaptaron magistralmente una destacada novela de uno de los mejores autores de su país, Cormac McCarthy. Sin lugar para los débiles marcó un punto de inflexión para Josh Brolin y Javier Bardem, cuya dinámica de persecución mantuvo al público enganchado con desenlaces impredecibles y poco convencionales. Al deconstruir el género del western, la película resonó con los espectadores al explorar la irrupción moderna de un mal sin sentido.
Anton Chigurh, interpretado por Bardem, es uno de los villanos más escalofriantes del cine, aterrador a pesar de su apariencia sencilla. Su personaje desató debates en 2007 al ser comparado con Daniel Plainview de Petroleo sangriento. Ambas cintas dominaron las discusiones ese año, haciendo difícil hablar de las mejores películas de los años 2000 sin mencionar Sin lugar para los débiles.
Apocalipsis ahora (Apocalypse Now, 1979)
La década de 1970 estuvo dominada por Francis Ford Coppola, y su última película de ese periodo, Apocalipsis ahora es, posiblemente, su mejor obra. Este épico bélico retrata la guerra de Vietnam de una manera extraña y siniestra. Uno de los puntos culminantes es la inquietante actuación de Marlon Brando como un oficial renegado que forma un culto en la selva camboyana. Su entrega solemne y sus expresiones perturbadoras amplifican la representación escalofriante de la locura y el impacto psicológico de la guerra.
Se trata de una película intensa que exige estar en el estado mental adecuado para apreciarla. Su competencia incluyó obras más ligeras, aunque bien elaboradas, como Kramer vs. Kramer y Manhattan, lo que pudo haber obstaculizado su éxito en los premios. Aunque Kramer vs. Kramer fue impactante para su época, muchos cinéfilos argumentan que Apocalipsis ahora merecía más el premio a Mejor Película.