Cinco películas que te dejarán diciendo “¿qué *** acabo de ver?”

Cinco películas que te dejarán diciendo “¿qué *** acabo de ver?”

Estas películas no son para todos, pero si te gusta el cine que desafía la lógica, los límites del buen gusto y tu propia estabilidad emocional, entonces prepárate para este viaje que te dejará marcado para siempre.

Martina Ruffo Vicino

El cine es un arte que, sin importar el género, la historia o el tono, siempre logra provocar algo en nosotros. Desde la más sencilla comedia hasta el drama más desgarrador, lo que vemos en pantalla nos impacta de alguna manera. A veces nos conmueve, otras nos hace reír y, en ciertas ocasiones, nos deja con el corazón acelerado o el alma destrozada. Pero hay un tipo particular de película que va más allá de cualquier emoción tradicional: aquellas que nos sacuden y nos hacen preguntarnos qué diablos acabamos de ver.

Estas películas no solo nos sorprenden con giros inesperados o escenas impactantes, sino que nos sumergen en un mundo caótico algo difícil de procesar. A través de narrativas poco convencionales, imágenes perturbadoras y exploraciones psicológicas intensas, nos llevan a territorios incómodos donde la lógica y la razón parecen desvanecerse. 

Si buscas un cine que te deje con la boca abierta y la mente hecha un nudo, aquí tienes una lista de películas que, al terminar, probablemente te harán decir: "¿Qué *** acabo de ver?"

1. Réquiem por un sueño (2000) – Darren Aronofsky

A medida que avanza la película, cada personaje se deteriora resultando en una catástrofe. Foto: Artisan Entertainment

Si alguna vez has pensado que las drogas pueden ser un escape, esta película te lo hará replantear. Réquiem por un sueño es un descenso vertiginoso a la desesperación de cuatro personajes cuyas vidas se desmoronan de maneras insoportablemente dolorosas. Con una edición frenética y una banda sonora que se clava en la mente, la película te deja con una sensación de vacío y desesperanza tan grande que necesitarás tiempo para recuperarte.

2. Gummo (1997) – Harmony Korine

Fue el debut como director de Harmony Korine y se la considera una película de culto. Foto: Fine Line Features

Esta película es una experiencia única e inquietante. Gummo nos transporta a un pueblo de Ohio devastado por un tornado, donde seguimos la vida de sus extraños habitantes a través de imágenes caóticas y escenas aparentemente sin conexión. Más que una historia convencional, es un retrato sucio y crudo de la marginalidad y el abandono. Su atmósfera inquietante y su estructura poco convencional la convierten en una película que desafía cualquier expectativa y deja una sensación de extrañeza difícil de sacudir.

3. Perfect Blue (1997) – Satoshi Kon

La película trata sobre la difuminación de la línea entre fantasía y realidad, un tema que se encuentra comúnmente en otras obras de Kon. Foto: Madhouse

El anime no se queda atrás cuando se trata de confundir y perturbar. Perfect Blue nos sumerge en la mente de una estrella del pop que intenta reinventarse como actriz mientras la realidad y la ficción comienzan a mezclarse en una espiral de paranoia. Satoshi Kon juega con la percepción del espectador de una manera magistral, hasta el punto en que ni siquiera nosotros sabemos qué es real y qué no. Al final, la sensación de inquietud y confusión es total.

4. The Strange Thing About the Johnsons (2011) – Ari Aster

El cortometraje fue la película de tesis de Aster mientras estudiaba en el Conservatorio AFI. Foto: MUBI

Antes de Hereditary y Midsommar, Ari Aster dirigió este cortometraje que redefine el concepto de horror doméstico. Con solo 30 minutos de duración, nos sumerge en una historia familiar que verdaderamente está en el límite del tabú y lo perturbador. La incomodidad es tan intensa que, al terminar, te quedarás en silencio, preguntándote cómo algo así pudo haber sido filmado. Y lo peor es que no podrás sacarlo de tu cabeza.

5. Climax (2018) – Gaspar Noé

Aunque Noé concibió la premisa, la mayor parte de la película fue improvisación no ensayada en el momento por parte del elenco. Foto: Wild Bunch

Si hay un director que sabe cómo desorientar y perturbar a su audiencia, ese es Gaspar Noé. Climax comienza como una celebración vibrante y enérgica de la danza, pero poco a poco se convierte en un viaje alucinógeno al infierno. La película es una montaña rusa de caos absoluto, con secuencias que parecen sacadas de una pesadilla y una atmósfera que asfixia. Al terminar, lo único que podrás hacer es respirar hondo y tratar de entender qué demonios acabas de ver.

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