Esta fascinante película es considerada la mejor del cine argentino y debes verla antes de que sea tarde
“Hacerle creer al espectador que una película es el argumento es atontarlo”, decía Lucrecia Martel, y en esa idea radica la esencia de su cine. Argentina ha logrado reconocimiento mundial por contar historias mínimas que esconden universos inmensos, y si hay alguien que domina este arte es ella. Su cine no explica, sugiere; no juzga, observa; y en cada escena despliega un mundo donde lo que no se dice pesa tanto como lo que se muestra.
Si nunca viste La ciénaga de 2001, este es el momento de hacerlo. La ópera prima de Martel, una de las películas más impactantes del cine argentino, está disponible en MUBI, pero se va de la plataforma el 31 de marzo. Así que quedan pocos días para sumergirse en esta experiencia cinematográfica que, más de dos décadas después, sigue siendo tan poderosa como el primer día.
Mira el tráiler de La Ciénaga:
La historia se centra en dos familias de clase media-alta en la provincia de Salta, Argentina, durante un caluroso verano. Mecha (Graciela Borges) y su esposo Gregorio (Martín Adjemián) pasan las vacaciones en su decadente casa de campo junto con sus hijos adolescentes. La convivencia está marcada por la indiferencia, el alcohol y la decadencia. Por otro lado, su prima Tali (Mercedes Morán), con una vida más estructurada pero de clase media, también enfrenta tensiones familiares en la ciudad.
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La ciénaga nos sumerge en la decadencia de una familia burguesa, atrapada en la inercia del alcohol, la indiferencia y la humedad. En esta película no hay grandes eventos, pero sí una sensación constante de que algo está a punto de romperse. Martel no necesita exagerar los conflictos: los deja hervir a fuego lento en cada plano, en cada diálogo cortado, en cada mirada perdida.
Es que esta película es brillante no solo por lo que cuenta, sino cómo lo cuenta. Martel usa la cámara como si espiara a los personajes, nos mete en conversaciones caóticas donde todo se solapa y el sonido se convierte en un protagonista más. Entre el ruido de copas, las gotas de sudor y la humedad pegajosa, nos sumerge en un ambiente tan real que casi se puede respirar.
Pero esta no es solo una película sobre una familia que se derrumba, también es un reflejo de una Argentina desigual, donde el racismo y la indiferencia están siempre presentes, aunque nadie los nombre. No hay juicios ni discursos explícitos, pero la crítica está ahí, en cada gesto, en cada silencio incómodo.
La ciénaga fue aclamada internacionalmente y recibió numerosos premios, incluyendo el Premio Alfred Bauer en el Festival de Berlín. La crítica la considera una de las mejores películas argentinas de la historia y una pieza fundamental del "Nuevo Cine Argentino".
Si aún no viste La ciénaga, esta es la oportunidad perfecta para hacerlo antes de que abandone MUBI el 31 de marzo. No es solo una película, es una experiencia sensorial y emocional que confirma por qué Lucrecia Martel es una de las cineastas más importantes del siglo XXI.