El impactante drama bélico de la Segunda Guerra Mundial con Ethan Hawke que no puedes dejar de ver
Blanca media noche (A Midnight Clear), cinta dirigida por Keith Gordon y basada en la novela de William Wharton, es un retrato íntimo y atípico de la Segunda Guerra Mundial que, a más de tres décadas de su estreno, sigue siendo una joya olvidada del cine de guerra.
La película bélica, protagonizada por Ethan Hawke, Gary Sinise, Peter Berg, Kevin Dillon, y Arye Gross, fue ganadora del Premio Espíritu Independiente al mejor guion en 1993, escrito también por Gordon.
Con un 88% de aprobación en Rotten Tomatoes, el filme se aleja de las convenciones del género y apuesta por la introspección, la fragilidad emocional y el deseo de paz en medio del horror.
¿De qué se trata Blanca media noche?
Situada en el gélido bosque de las Ardenas, la historia sigue a un pequeño escuadrón de soldados estadounidenses,-elegidos por su inteligencia- mientras realizan labores de observación cerca de la frontera franco-alemana, poco antes de Navidad. Entre ellos, un joven Ethan Hawke interpreta al cabo Will Knott, en una actuación sutil y conmovedora que se destaca por su contención y humanidad. Su personaje, marcado por la pérdida y la ansiedad silenciosa, es el corazón emocional de una narración que se enfoca más en las cicatrices psicológicas que deja la guerra que en la acción militar.
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Hawke logra transmitir la vulnerabilidad de su personaje sin necesidad de grandes gestos, convirtiéndose en el hilo conductor de una historia donde los soldados, más que héroes, son jóvenes atrapados en una pesadilla sin sentido. La película también cuenta con sólidas interpretaciones de Gary Sinise, Peter Berg y Kevin Dillon, y presenta momentos memorables como una improbable batalla de bolas de nieve entre enemigos, que simboliza la esperanza efímera de reconciliación.
Mira el trailer de Blanca media noche
Blanca media noche es, más que una película bélica, una reflexión sobre la locura del conflicto armado y las heridas invisibles que deja. Su retrato de la juventud enfrentada al absurdo bélico y su enfoque en la camaradería la convierten en una obra profundamente humana y necesaria. Una cinta que, en palabras de su director, no glorifica la guerra, sino que muestra su lado más oscuro y real.