Ewan McGregor y el director de Trainspotting crearon esta impactante película que probablemente nunca viste
En 1994, muy pocas personas conocían a un joven actor de 23 años llamado Ewan McGregor o al director Danny Boyle, quien más tarde se convertiría en un cineasta ganador del Oscar. Para muchos, no fue sino hasta Trainspotting (1996), su exploración de la cultura de las drogas en Escocia, que ambos comenzaron a recibir atención y reconocimiento.
Basada en la novela de Irvine Welsh, la película atrajo muchas miradas, lo que llevó a que más personas revisaran la colaboración previa del dúo: el thriller criminal de humor negro Tumbas al ras de la tierra (Shallow Grave).
Co-protagonizada por Christopher Eccleston (quien más tarde se convertiría en el noveno Doctor en la longeva serie Doctor Who) y Kerry Fox, el filme mostró el talento emergente de Boyle y McGregor, sentando las bases para décadas de grandes películas.
¿De qué se trata Tumbas al ras de la tierra?
La historia sigue a tres compañeros de piso en Londres que buscan un nuevo inquilino. Sin embargo, cuando finalmente encuentran uno, descubren que ha muerto en su habitación, dejando atrás una maleta llena de dinero.
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McGregor interpreta a Alex, un joven periodista que ve en el hallazgo la oportunidad de contar una gran historia, aunque también comienza a preguntarse qué podrían hacer con todo ese dinero. Eccleston encarna a David, el más pragmático del grupo, quien desde el principio comprende que quedarse con el dinero solo traerá problemas. Fox, por su parte, interpreta a Juliet, una doctora atrapada entre los dos hombres mientras intentan decidir si pueden salirse con la suya.
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El primer papel importante de McGregor
Escrita por John Lodge (quien más tarde adaptaría Trainspotting), Tumbas al ras de la tierra se diferenciaba de otros thrillers de los años 90. No solo se centraba en un grupo de jóvenes despreocupados que encuentran dinero, sino que también compartía el mismo espíritu de “¿lograrán salirse con la suya?” que muchas películas de crimen estadounidenses de la época.
Para mantener el dinero sin ser descubiertos, los protagonistas se ven obligados a deshacerse del cadáver, y ahí es donde las cosas se complican aún más.
Siguiendo el estilo de Hitchcock, la tensión aumenta gradualmente a medida que los personajes comienzan a desconfiar unos de otros y aparecen nuevos individuos en busca del dinero. Entre ellos, dos matones que han estado matando en su camino hacia la fortuna. Aunque su conexión con el cadáver inicial nunca se deja del todo clara, claramente subestiman la astucia de David.
McGregor aporta una energía juvenil a la película, lo que impresionó a Boyle lo suficiente como para seguir trabajando con él en sus siguientes proyectos.
La colaboración entre Boyle y McGregor continuó
Después de Trainspotting, la carrera de McGregor despegó con numerosos papeles en cine y televisión. Su colaboración con el cineasta continuó con Vida sin reglas (A Life Less Ordinary, 1997), una película que pasó desapercibida y es poco recordada hoy en día. Décadas más tarde, en 2017, se reunieron nuevamente para T2: Trainspotting.
En 1999, McGregor alcanzó la fama mundial al interpretar al joven Obi-Wan Kenobi en Star Wars: Episodio I - La amenaza fantasma, la primera de tres precuelas que consolidaron su nombre en la industria.
Por su parte, Boyle dirigió 14 películas más, incluyendo éxitos de género como Exterminio (28 Days Later) y su próxima secuela, así como el thriller espacial Sunshine: alerta solar. Su cinta de 2008, Quisiera ser millonario (Slumdog Millionaire), le valió su primer Oscar al Mejor Director, y la cinta se llevó el premio a Mejor Película.
Mientras tanto, Eccleston se hizo mundialmente conocido por Doctor Who, aunque muchos de sus seguidores probablemente desconocen su oscura interpretación en Tumbas al ras de la tierra. Kerry Fox, por su parte, ha mantenido una carrera constante, aunque mayormente en cine y televisión británica.
Revisitar Tumbas al ras de la tierra permite ver cómo la relación creativa entre Boyle y McGregor comenzó a tomar forma. Muchos de los elementos que hicieron de Boyle un director tan respetado ya estaban presentes en su ópera prima. Aunque ambos han construido carreras prolíficas por separado, es innegable que la magia de su colaboración comenzó con este debut único y sorprendentemente cruel.