Amor analógico: tres películas románticas para creer de nuevo en el amor sin filtros ni redes sociales
En tiempos de likes y matches, estas 3 películas celebran el amor a la antigua: sincero, imperfecto y profundamente humano.

Estas películas te harán volver a creer en el amor real.
MGMAntes de los match, los swipe y el ghosting, había algo más simple -y quizás más mágico- en el arte de enamorarse. En los años 80 y 90, cuando las relaciones se tejían sin pantallas de por medio, el cine también supo capturar ese tipo de conexión genuina, espontánea y profundamente humana. Esta selección de tres películas emblemáticas es un homenaje a esa era romántica pre-digital, donde el azar y la química eran más poderosos que cualquier algoritmo.
Estas tres historias nos recuerdan que antes del universo de los perfiles y las notificaciones, existía otro tipo de magia: la del cruce casual de miradas, de las conversaciones sin emojis y de los silencios que decían más que mil chats. En tiempos de conexiones instantáneas, estas películas románticas invitan a volver a creer en el amor analógico. Todas ellas se encuentran disponibles para ver en MUBI.
Cuando Harry conoció a Sally (1989)
Considerada una de las comedias románticas más influyentes de todos los tiempos, esta joya dirigida por Rob Reiner nos presenta a dos neoyorquinos que, en el papel, jamás habrían funcionado como pareja. Pero en el ir y venir de los años —y de sus propios caminos— Sally (Meg Ryan) y Harry (Billy Crystal) van construyendo una conexión que desarma cualquier lógica. El guion, escrito por Nora Ephron, combina inteligencia, humor y una sensibilidad aguda sobre lo complejo de las relaciones modernas (incluso sin apps). La película se vuelve aún más entrañable gracias a escenas inolvidables, como ese almuerzo en el deli que marcó a toda una generación.
9 semanas y media (1986)
En el extremo más sensual del amor analógico, 9 semanas y media explora la atracción física como punto de partida para una relación que se mueve entre la fascinación y la obsesión. Protagonizada por Mickey Rourke y Kim Basinger, esta historia de deseo en pleno Manhattan ochentero se desarrolla sin filtros ni dispositivos, solo con miradas, silencios y provocación. Aunque no se trate del romance convencional, la película captura una forma intensa y carnal de conexión que hoy, en tiempos de emojis y sexting, resulta casi imposible de replicar.
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Cuatro bodas y un funeral (1994)
En la Inglaterra de los noventa, entre sombreros elegantes, discursos torpes y valses eternos, dos almas se cruzan una y otra vez. Charles (Hugh Grant), encantadoramente torpe, y Carrie (Andie MacDowell), misteriosa y algo escurridiza, protagonizan esta comedia británica que construye el amor a través de encuentros casuales en, como sugiere el título, múltiples celebraciones (y un adiós). Con diálogos afilados, personajes secundarios memorables y una banda sonora que sigue resonando, esta película es un ejemplo perfecto de cómo el entorno social —y no la tecnología— solía reunir a las personas.