Así es la particular estrategia que usa Pixar para estimular la creatividad de sus empleados según Pete Docter
¿Cómo se entrena la imaginación en uno de los estudios de animación más creativos del mundo? Pixar tiene una respuesta tan insólita como brillante.

Intensamente se ganó el corazón de millones de personas.
Foto: PixarLa imaginación es, sin dudas, el arma más poderosa a la hora de contar historias. En el terreno de la animación, esa potencia se duplica: para crear mundos enteros desde cero se necesita algo más que técnica, se necesita inventiva viva y entrenada. La imaginación, sin embargo, no surge por arte de magia: es una capacidad mental que necesita ser estimulada constantemente y en Pixar lo saben muy bien. Bajo la mirada de su director creativo, Pete Docter, han encontrado una forma singular de cuidarla, ejercitarla y convertirla en su mayor herramienta de trabajo.
Mientras otros estudios optan por retiros laborales o dinámicas de equipo tradicionales, Pixar prefiere un enfoque más lúdico. Uno de sus rituales más singulares son las “noches de caricaturas burlescas”, donde los empleados dibujan versiones deliberadamente feas de sus compañeros. Según Docter, lo importante no es el resultado, sino el proceso: dejar que el juego se abra paso, que la risa relaje tensiones y que el arte vuelva a ser lo que fue cuando éramos chicos. “Realmente intentamos fomentar tanto juego como podemos. Esto parece producir el mejor trabajo”, explicó.
Esta costumbre, que suena más a clase de jardín de infantes que a una reunión en una de las productoras más importantes del mundo, funciona. Porque no hay buena idea sin libertad y no hay libertad sin un entorno que abrace el error, la prueba y el caos creativo. Pixar, entonces, está cultivando una cultura de trabajo que pone en primer plano la curiosidad y la confianza entre equipos. Para Docter, responsable de películas como Monsters Inc., Up, Soul y Intensamente, esa es la clave para seguir haciendo historias que emocionan.
¿Qué pasa cuando el público solo quiere secuelas?
Claro que no todo es tan fácil. En la era post-pandemia, las películas originales enfrentan un terreno cada vez más complejo. El público parece preferir lo conocido y eso pone a los estudios entre la espada y la pared: arriesgarse con algo nuevo o jugar sobre seguro. Docter lo admitió sin vueltas: “Son tiempos difíciles. Tenemos que averiguar qué quiere la gente antes de que lo sepa. Porque si solo les diéramos más de lo que conocen, estaríamos haciendo Toy Story 27”.
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Aun así, Pixar no abandona la apuesta por lo nuevo. Aunque tiene varias secuelas en camino como Toy Story 5, Los Increíbles 3 y Coco 2, también prepara títulos originales como Hoppers y Gatto, esta última con la promesa de ofrecer algo completamente diferente a lo que Pixar ha hecho hasta ahora.
Y en medio del auge de la inteligencia artificial, que acelera procesos técnicos pero también despierta miedos, Pixar tiene clara su postura. La IA puede servir para ganar tiempo, sí, pero no para reemplazar la chispa humana que hay detrás de una historia. “Hay algo en la condición humana que nos hace ir al cine, leer, cantar o escuchar música: intentamos conectar con los demás”, reflexionó Docter. Y esa conexión, como la imaginación, también necesita ser alimentada todos los días.