El inquietante cortometraje de Christopher Nolan que parece dirigido por David Lynch

Antes de ser una leyenda de Hollywood, Christopher Nolan dirigió este perturbador cortometraje con ecos del universo lynchiano.

Minimalista, extraño y fascinante: el cortometraje de Nolan que podría pasar por una obra de David Lynch.

Minimalista, extraño y fascinante: el cortometraje de Nolan que podría pasar por una obra de David Lynch.

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Antes de dirigir Oppenheimer, Inception o su propia trilogía de Batman, Christopher Nolan también tuvo comienzos humildes. Mucho antes de ser uno de los grandes nombres de Hollywood, el director británico filmaba con presupuestos mínimos, cámaras de 16 mm y amigos como actores.

Entre esos primeros experimentos surgió una joya breve y perturbadora: Doodlebug, un cortometraje de apenas tres minutos que, visto hoy, revela la semilla de su estilo y su fascinación por lo psicológico, lo abstracto y lo inquietante.

Restaurado por The Criterion Collection y disponible como material adicional en la edición Blu-ray de Following (su primer largometraje), Doodlebug es un relato surrealista que muchos comparan con el universo de David Lynch.

En él, un hombre (interpretado por Jeremy Theobald) se obsesiona con atrapar a una pequeña criatura que se mueve por su destartalado departamento. Nervioso, paranoico, vigila el reloj, ignora el teléfono que no deja de sonar y persigue con desesperación aquello que lo acecha.

Doodlebug (1)
Doodlebug est{a protagonizado por Jeremy Theobald.

Doodlebug est{a protagonizado por Jeremy Theobald.

Rodado en 1997, cuando el cineasta estudiaba en la University College London, el corto condensa muchas de las obsesiones que más tarde definirían su cine: los bucles temporales, la pérdida de control, la realidad distorsionada y la obsesión como motor (y condena) del ser humano.

Con recursos mínimos y una atmósfera opresiva en blanco y negro, Doodlebug consigue transmitir esa sensación de pesadilla lúcida tan propia del cine de David Lynch, especialmente de Eraserhead, pero ya con el sello visual del futuro autor de Memento.

La historia puede leerse como una metáfora sobre la autodestrucción o la paranoia, pero también como una demostración del talento natural de Christhoper Nolan para crear tensión y ritmo con casi nada. En solo tres minutos, combina sonidos metálicos, relojes que marcan el tiempo y silencios inquietantes para construir una narrativa cerrada y asfixiante.

Hoy, Doodlebug es más que una curiosidad para cinéfilos: es una pieza fundamental para entender los orígenes del director. Allí están en miniatura todos los elementos que más tarde llevaría a su máxima expresión en películas monumentales como Inception o The Prestige: el juego entre realidades, el tiempo como estructura narrativa y el hombre enfrentado a su propio reflejo.

Actualmente, Nolan trabaja en su ambicioso proyecto inspirado en La Odisea de Homero, pero muchos fans coinciden en algo: después de ver Doodlebug, queda claro que debería hacer una película de terror. Ya demostró que el miedo más profundo no proviene de lo sobrenatural, sino de la mente humana.