Griffin Dunne: la sorprendente transformación del galán de los 80
Griffin Dunne fue fotografiado recientemente paseando por las calles de Manhattan con su perro, luciendo completamente diferente a como el público lo recuerda.

Griffin Dune en After Hours
Griffin Dunne fue fotografiado recientemente paseando por las calles de Manhattan con su perro, luciendo completamente diferente a como el público lo recuerda de sus días de gloria en Hollywood. A los 70 años, el actor que se convirtió en ícono de los años ochenta mostró una apariencia relajada y casual que contrasta notablemente con su imagen de galán cinematográfico. Su transformación física resulta evidente al comparar las imágenes actuales con aquellas que lo catapultaron a la fama décadas atrás.
Durante su caminata por Nueva York, Griffin Dunne optó por un atuendo completamente informal que incluía shorts cargo verdes, una camiseta roja y una chaqueta verde. Su cabello, ahora completamente blanco, se ha convertido en una de las características más notables de su nueva apariencia. Las gafas de sol negras que portaba no lograron ocultar los evidentes cambios que el paso del tiempo ha dejado en el rostro del veterano actor y director.
Mirá el tráiler de After Hours:
La transformación de Griffin Dunne representa el natural proceso de envejecimiento de una generación de estrellas que dominaron la pantalla grande durante la década de 1980. Su salto a la fama llegó en 1981 con "An American Werewolf in London", película que lo estableció como una promesa del cine estadounidense. También es recordado por su papel en After Hours. Posteriormente, su trabajo junto a Madonna en "Who's That Girl" de 1987 consolidó su estatus como una figura relevante del entretenimiento.
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El cambio físico del actor refleja también su evolución profesional hacia roles detrás de cámaras. Griffin Dunne desarrolló una exitosa carrera como director, trabajando con estrellas como Sandra Bullock, Nicole Kidman, Meg Ryan y Matthew Broderick.
Proveniente de una familia con fuertes raíces literarias, Griffin Dunne originalmente aspiraba a convertirse en escritor antes de que el mundo del cine capturara su atención. Su tía Joan Didion, su tío John Gregory Dunne y su padre Dominick Dunne fueron figuras destacadas del periodismo y la literatura estadounidense. Esta herencia intelectual influyó profundamente en su enfoque artístico y en su posterior transformación hacia la dirección cinematográfica.
Actualmente, Griffin Dunne disfruta de una vida tranquila en su residencia del norte del estado de Nueva York, donde se dedica al cuidado de sus animales. Sus pasatiempos incluyen el ciclismo, el tenis y la cocina, actividades que reflejan su transformación hacia un estilo de vida más pausado y alejado de los reflectores hollywoodenses. Su hija Hannah Dunne ha seguido sus pasos en la actuación, continuando el legado artístico familiar.