La película perdida más famosa de Hollywood es la favorita de Christopher Nolan
La película perdida más famosa es también la favorita de Christopher Nolan. El filme tiene una puntuación casi perfecta y marcó la filmografía del cineasta.
Christopher Nolan admira profundamente un filme perdido que casi nadie ha podido ver.
QueVerAdemás de ser uno de los cineastas más talentosos y admirados de su tiempo, Christopher Nolan es también un cinéfilo conocido por su profunda reverencia hacia la historia del cine. Cuando un director como él, que muestra un respeto profundo por el medio cinematográfico, destaca una obra en particular, los entusiastas prestan atención.
Algunas películas persisten en la historia del cine no solo por su presencia, sino por su ausencia. Avaricia (Greed), la épica muda de 1924 dirigida por Erich von Stroheim, es una de esas obras. Nolan la describió en una ocasión como “una obra perdida de genio absoluto”. Es una cinta que existe más en la leyenda que en la realidad accesible.
Nacida del deseo de von Stroheim de trasladar el brutal naturalismo de la novela McTeague de Frank Norris directamente al celuloide, la versión original de Avaricia tenía una duración de ocho horas. Sin embargo, esa versión desapareció casi de inmediato, mutilada por mandato del estudio.
A pesar de que la versión comercialmente lanzada es una sombra de la visión del creador, Avaricia, en su forma más completa reconstruida, cuenta con un asombroso 96% de aprobación en Rotten Tomatoes.
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Incluso más de un siglo después, Christopher Nolan y muchos historiadores y cineastas siguen cautivados por su mito. Esta fascinación perdurable radica en su existencia fragmentada, donde la leyenda perdida amplifica el poder de lo que sobrevive.
¿De qué se trata Avaricia?
Para comprender realmente la magnitud de la ambición de von Stroheim (y el horror del estudio), hay que considerar la fuente original: McTeague. Publicada en 1899, la novela es un pilar del naturalismo estadounidense y expone los impulsos básicos que llevan a la destrucción a personas comunes.
La historia sigue a McTeague (Gibson Gowland), un dentista sin licencia en San Francisco, cuya simplicidad casi animal contrasta con la transformación de su esposa Trina (Zasu Pitts) en una avara obsesiva tras ganar la lotería. El relato los sigue a través de la decadencia, la conexión mutua y el crimen perfecto, culminando en la desesperada huida de McTeague al Valle de la Muerte.
Von Stroheim, conocido por su meticulosidad extrema, intentó filmar cada página de la novela, lo que resultó en un corte de 42 rollos y ocho horas de duración. Según informes, se realizó una proyección privada en enero de 1924, a la que asistieron solo 12 personas. Entre los asistentes, algunos dijeron haber presenciado “la mejor película jamás hecha”.
Sin embargo, esa visión maximalista se convirtió en víctima del sistema de estudios, que redujo la cinta a lo que el cineasta describió como el “cadáver” de su proyecto.
MGM, bajo el mando de Louis B. Mayer, se horrorizó por la duración. Von Stroheim recortó el metraje a 24 rollos y luego a 18, pero el estudio exigió cortes aún más drásticos. Finalmente, June Mathis, editora asignada por el estudio, creó una versión de dos horas y media que el director repudió.
El fantasma de Avaricia
Al final, MGM se apoderó de Avaricia, y von Stroheim desautorizó la versión de dos horas y media estrenada en diciembre de 1924, porque sentía que el estudio había mutilado su obra maestra. Para empeorar las cosas, la película no logró recuperar su abultado presupuesto.
La mayor parte del metraje eliminado, entre seis y siete horas, se perdió o fue destruido, aparentemente sellando para siempre el destino de la visión completa de su creador.
En un artículo de The Guardian, Henri Langlois, director de la Cinémathèque de París, describió una proyección de la versión recortada a la que asistió von Stroheim. Langlois afirmó que, después de verla, el cineasta estaba devastado: “Fue como una exhumación para mí. En un ataúd diminuto, encontré mucho polvo, un terrible olor, un pequeño hueso de la columna y un omóplato.”
Durante décadas, la versión de ocho horas de Avaricia se convirtió en la película perdida más famosa de Hollywood. Sin embargo, en 1999, Turner Entertainment, utilizando la continuidad original del montaje de von Stroheim y más de 650 fotografías de producción, ensambló una reconstrucción de cuatro horas. Esta versión, aunque depende en gran medida de imágenes fijas para llenar los vacíos narrativos, es la más completa disponible y es la que ostenta el 96% en Rotten Tomatoes.
Aunque incompleta, Avaricia sigue irradiando un poder crudo e inquietante que Nolan considera un testimonio del genio perdido de von Stroheim.
Christopher Nolan y la sombra de Avaricia en su filmografía
No es sorprendente que Avaricia tenga tanta importancia para Christopher Nolan, un director cuyos filmes suelen explorar la obsesión, la fragilidad psicológica y la manipulación de la narrativa.
En retrospectiva, si se observa la filmografía del cineasta, se puede sentir la sombra de Avaricia. La paranoia asesina y la caída psicológica que se ven en McTeague y Trina resuenan en personajes como Leonard Shelby en Memento. Y la obsesión de Trina, cuya mente es corrompida por la avaricia, recuerda a Mal Cobb en El origen.
Más allá de los vínculos temáticos, Nolan también se identifica con la visión artística intransigente de von Stroheim. Al igual que él, Nolan ha luchado por mantener el control creativo sobre sus proyectos, como ocurrió durante su ruptura con Warner Bros.
En una entrevista con The Telegraph, el director lamentó la pérdida de la versión original del filme: “Dios, qué tragedia que no exista. Pero quizás algún día alguien la encuentre. Estas cosas ocurren.”
Más de un siglo después, la leyenda de Avaricia sigue viva, arrastrando su paradoja de obra incompleta y genialidad perdida. Pero, al igual que Christopher Nolan y otros cineastas, los cinéfilos de todo el mundo siguen esperando que algún día ese fantasma se materialice.