La rara comedia protagonizada por Clint Eastwood que también tiene a Jim Carrey y pocos conocen

Una curiosidad del cine estadounidense que reúne a Clint Eastwood y Jim Carrey en una comedia que pocos saben que existe.

Esta comedia insólita junta a Clint Eastwood con Jim Carrey en una colaboración inesperada.

Esta comedia insólita junta a Clint Eastwood con Jim Carrey en una colaboración inesperada.

Warner Bros.

A lo largo de su extensa filmografía, Clint Eastwood alternó con soltura entre el western, el thriller policial y, de forma más esporádica, la comedia. Sin embargo, pocas películas resultan tan desconcertantes dentro de su carrera como En la pista de los asesinos (Pink Cadillac, 1989), una comedia de acción que intentó combinar romance, humor y persecuciones en plena era de las secuelas.

Dirigida por Buddy Van Horn, histórico doble de riesgo de Eastwood, la cinta pasó casi inadvertida en su estreno y recibió las peores críticas del actor hasta ese momento, con apenas un 24 % de aprobación en Rotten Tomatoes. Aun así, el filme conserva un atractivo particular: su tono errático, su carácter excéntrico y un cameo temprano e inolvidable de Jim Carrey.

¿De qué se trata En la pista de los asesinos?

Pink Cadillac (1)

Clint Eastwood interpreta a Tommy Nowak, un cazador de recompensas experto en disfraces que debe localizar a Lou Ann McGuinn, una mujer que huye con su bebé tras robar un Cadillac rosa perteneciente a su esposo, vinculado a un grupo supremacista blanco. La persecución los lleva hasta Reno, donde Lou Ann dilapida el dinero robado mientras Nowak se infiltra usando identidades falsas para seguirle el rastro.

La situación se complica cuando el grupo racista secuestra al bebé para recuperar el dinero y silenciar a la mujer. Obligados a colaborar, Nowak y Lou Ann intentan rescatar a la niña mientras surge una atracción romántica tan inesperada como incómoda.

En su intento por recuperar la veta cómica de trabajos anteriores, Eastwood se lanza a un registro inusual, exagerando gestos y situaciones que chocan con su imagen de héroe lacónico. El resultado es una película de tono irregular, donde la acción funciona mejor que la comedia romántica y la química entre los protagonistas nunca termina de consolidarse.

Entre sus curiosidades más recordadas se encuentra el breve cameo de Jim Carrey como imitador de Elvis en un casino, una de sus primeras apariciones destacadas en cine. Ese momento anticipa el talento físico y desbordado que lo convertiría en una de las grandes estrellas de la comedia en los años 90.

Vista hoy, En la pista de los asesinos es una rareza dentro del canon de Clint Eastwood: fallida, sí, pero imposible de olvidar.