Toy Story: los orígenes de la película que hace 30 años reinventó el cine de animación

Antes de convertirse en la primera película animada de la historia del cine, Toy Story y Pixar debieron hacer frente a un sinfín de obstáculos.

Woody y Buzz Lightyear, los personajes que cambiaron la forma en la que vemos a los juguetes. 

Woody y Buzz Lightyear, los personajes que cambiaron la forma en la que vemos a los juguetes. 

Disney - Pixar

Cuando Toy Story llegó por primera vez a los cines en noviembre de 1995 nadie imaginaba que estaba a punto de cambiar para siempre la historia del cine animado. Pixar era, por aquel entonces, un pequeño estudio con solo tres animadores y más sueños que certezas. Allí surgió una idea que parecía simple pero arriesgada, ¿qué pasaría si los juguetes cobraran vida cuando nadie los ve?

La apuesta surgió tras un acuerdo de 26 millones de dólares con Disney para producir tres largometrajes. Las opciones eran una adaptación de la novela infantil James y el durazno gigante de Roald Dahl, contar la historia de un dinosaurio llamado Bob o arriesgarse con la película sobre juguetes. Disney eligió la tercera y el resto ya es historia.

Un proyecto que estuvo a punto de naufragar

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El director Jon Lasseter en una reunión con el resto de los animadores. 

El director Jon Lasseter en una reunión con el resto de los animadores.

En sus primeros pasos, Pixar no estaba destinado a convertirse en un gigante de la animación, sino que era una pequeña empresa con un grupo de jóvenes creativos y entusiastas trabajando casi "en un garaje", como recuerda Pete Docter, hoy director creativo del estudio. La energía era contagiosa y el clima de camaradería impulsaba a todos a probar cosas nuevas.

Sin embargo, no todo fue color de rosa. En una recordada proyección para Disney, apodada “Black Friday”, la historia fue recibida con tanto escepticismo que el proyecto estuvo a punto de ser cancelado. El equipo tuvo apenas dos semanas para rehacer escenas, reescribir diálogos y redefinir a los personajes principales. Fue una carrera contrarreloj que terminó salvando la película.

El Woody que nadie quería ver

Toy Story, una de las tantas creaciones de Pixar
Tom Hanks prestó su voz para dar vida al personaje de Woody en la versión estadounidense. 

Tom Hanks prestó su voz para dar vida al personaje de Woody en la versión estadounidense.

Lo curioso es que, en sus primeras versiones, Woody era todo lo contrario a lo que terminó siendo. En lugar del vaquero leal y carismático que todos conocen, era un personaje cruel y manipulador. La idea era hacer un protagonista "edgy", diferente a los clásicos héroes de Disney, pero el resultado fue tan desagradable que la producción se frenó.

El cambio fue tan urgente que Steve Jobs tuvo que poner dinero de su bolsillo para que el proyecto no se hundiera. Finalmente, Disney aprobó una nueva versión de Woody, quien terminó siendo un líder simpático, con humor, pero también con miedos y debilidades. Ese ajuste fue clave para que la historia funcionara.

Pixar contra el molde Disney

Durante el proceso, Disney intentó colar varias ideas que hoy suenan extrañas. Hubo un momento en que quisieron que Toy Story fuera un musical, con canciones incluidas, pero Pixar rechazó de inmediato esa fórmula. Tampoco convencía la insistencia de algunos guionistas en darle más protagonismo a los personajes humanos, cuando la verdadera magia estaba en los juguetes.

Fue entonces cuando Joss Whedon entró en escena para trabajar el guion y poner el foco en Woody, Buzz y el resto de los juguetes. De esa manera, Pixar logró desmarcarse de las princesas y los cuentos de hadas que dominaban Disney en los noventa, construyendo un relato fresco, con personajes imperfectos y conflictos emocionales que resultaban cercanos al público.

Toy Story: 30 años y más allá - tráiler

El dilema entre la técnica y la historia

Otro de los grandes dilemas a los que debieron enfrentarse era si había que priorizar la historia o la innovación tecnológica. Pixar había sido contratado por su capacidad técnica, pero los creadores entendieron pronto que un prodigio visual sin alma no serviría de nada. Tras varios tropiezos y la experiencia amarga del "Woody insoportable", decidieron apostar todo al guion.

Andrew Stanton, uno de los responsables de la película, reconoce que "es la película más fea que haremos jamás, pero no importa porque la historia sigue atrapando". Esa sinceridad explica por qué Toy Story se convirtió en algo más que un despliegue técnico: fue una revolución narrativa.

De un éxito inesperado a una franquicia eterna

toy story poster 30 años

En su estreno, Toy Story se convirtió en un fenómeno inmediato. La película recaudó casi 400 millones de dólares a nivel mundial y se convirtió en la película más taquillera de 1995. Desde entonces la saga no dejó de crecer, con secuelas que ampliaron su universo, cortos, especiales y hasta atracciones en parques de Disney alrededor del planeta.

Treinta años después, Pixar sigue explorando esa misma idea inicial que parecía "medio improvisada". Y el viaje está lejos de terminar, ya que el estudio se encuentra trabajando en Toy Story 5, que tiene previsto su estreno para junio de 2026.