Amaia Aberasturi contó su peor sufrimiento cuando era niña

Amaia Aberasturi demostró más de una vez que posee un talento único para brillar en el mundo de la interpretación. A lo largo de los años, la intérprete tuvo la oportunidad de lucirse en diferentes proyectos y de ser aplaudida por la crítica especializada.

En la actualidad, se convirtió en una de las integrantes del elenco de Bienvenidos a Edén. Se trata de una de las series éxito de Netflix, la cual aterrizó este año en el catálogo y se colocó rápidamente en el ranking de lo más visto.

En esta producción, la actriz se pone en la piel de Zoa Rey Gómez-Fajardo. Uno de los personajes principales que es invitado a la fiesta exclusiva que se realiza en una isla paradisíaca, donde nada es realmente lo que parece.

Amaia Aberasturi rompe el silencio y habla sobre su infancia

La intérprete nació en Gautéguiz de Arteaga, un municipio bastante pequeño que forma parte de la provincia de Vizcaya en el País Vasco. Cuando era muy pequeña era bastante tímida, pero todo cambió cuando comenzó a subirse a los escenarios. De esta manera, decidió estudiar Cine y Televisión, y también cursó formación corporal.

Al principio, una de sus mayores pasiones era la danza. Su objetivo era formar parte del exitoso talent show llamado Fama, ¡a bailar!; sin embargo, la actuación se cruzó en su camino y le cambió por completo el panorama. Curiosamente, su primer trabajo fue en el 2010.

La actriz participó en Los Castigadores, una película que hablaba sobre el bullying en los colegios. En aquel momento solo tenía 13 años y se convirtió en una de las sensaciones del momento al colocarse en la piel de la protagonista. En esos años, ella también sufría en el instituto y en los campamentos de verano.

De acuerdo con las palabras de Amaia Aberasturi, sus compañeros le hacían muchas bromas de mal gusto por su segundo apellido. "Mi abuelo era Benigno Franco Franco Franco Franco y su hermano era Francisco Franco Franco Franco Franco. Me han hecho mucho bullying en los campamentos”, declaró.

Las palabras dolorosas que recibió de pequeña no impidieron que su vida fuera magnífica. Al contar con el amor de sus seres queridos, la joven logró salir adelante y se concentró por completo en su pasión. De esta manera, formó parte de otros y grandes proyectos.

La hemos visto brillar en Los huérfanos (2015), de Ernesto del Río y Vitoria, 3 de marzo (2018), de Víctor Cabaco. Sin lugar a dudas, su papel más importante y aplaudido hasta el momento fue Akelarre. En la película de Pablo Agüero se puso en la piel de Ana, el personaje principal. Su interpretación magistral logró que recibiera una nominación a los Premios Goya en la categoría Mejor Actriz Protagonista. ¿Conocías los momentos complicados que vivió Amaia Aberasturi en la infancia?

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