La dramática historia de Mally el mono capuchino de Justin Bieber que fue abandonado en Alemania
El cantante recibió el primate encantado, sin embargo, con el pasar de los días se dio cuenta que significaba una responsabilidad que no estaba dispuesto a asumir.
A los famosos de Hollywood les gustan las excentricidades de todo tipo, incluso cuando se trata de sus mascotas. Este es el caso de Justin Bieber el cual tuvo un mono capuchino llamado Mally, cuya historia no terminó tan bien.
Todo comenzó cuando, en su cumpleaños número 19, el exnovio de Selena Gómez recibió como obsequio un mono capuchino de tan solo 14 semanas. El joven cantante compartió el particular regalo en sus redes sociales, asegurando que estaba fascinado. Lo llamo Mally.
Al principio parecían ser inseparables, sin embargo esto no duró mucho tiempo. Menos de 30 días después, Justin Bieber debía viajar a Múnich en Alemania, para brindar un concierto. Al llegar, las autoridades alemanas le confiscaron a Mally por no contar con la documentación requerida por el país europeo.
Inmediatamente, el mono quedó a cuidado de un refugio de animales, a espera de que el músico presentara sus papeles y lo retornará a Canadá con él. Sin embargo, esto nunca pasó.
“Si no se presentan más documentos, la orden de confiscación entrará en efecto y el animal pasará a ser propiedad del Estado alemán", explico el vocero de aduanas en aquel entonces.
Además, el refugio donde fue a parar Mally a la espera de ser rescatado por Justin Bieber, le pasó una factura de miles de dólares al cantante por el cuidado y los recursos utilizados durante los casi dos meses que estuvo allí.
Por su parte, el intérprete de Baby volvió a su hogar dejando al pobre Mally en Alemania. Finalmente, se cumplió el plazo estipulado y el mono pasó a ser propiedad del estado alemán y fue trasladado al Parque Serengeti en Hodenhagen, en el norte de Alemania, donde convive con otros monos capuchinos.
El único recuerdo que le quedó de su vida con Justin Bieber fue un oso de peluche al cual se aferró cada día durante el tiempo que estuvo en cuarentena en el refugio, a la espera de que su dueño lo fuera a buscar.