Si de algo estamos seguros, es que la Familia Real británica jamás nos va a dejar sin dramas. A días de la histórica coronación, Carlos III del Reino Unido ya protagoniza los titulares de la prensa europea tras ser desafiado por su propio hermano, el Príncipe Andrés. 

Según ha podido saber el diario británico The Telegraph, el nuevo monarca desea que el duque de York desaloje la histórica mansión Royal Lodge, para que los Príncipes de Gales y sus tres hijos puedan mudarse a ella. La residencia del siglo XVII cuenta con 30 habitaciones, capilla privada, piscina y zona separada para el servicio. 

En 2003, Andrés firmó un contrato de arrendamiento de 75 años por la propiedad, pagando 250 libras a la semana por la casa, que comparte con su ex esposa, Sarah, duquesa de York. Al parecer, debió gastar unos 7,5 millones de libras en renovar las instalaciones.

El primer conflicto de Carlos III como rey 

Pero ahora el contexto es diferente. Lejos de la Familia Real por estar involucrado en el Caso Epstein, el príncipe dejó de recibir dinero público, viviendo con una asignación económica de los fondos privados del ducado de Lancaster.

A principios de este año, el rey recortó esta asignación anual de su hermano, que asciende a 249.000 libras, por lo que Andrés no podría pagar los gastos de funcionamiento de semejante mansión. Carlos III busca que la monarquía sea más austera, aunque la respuesta que recibió del duque de York fue totalmente tajante.

Tal como afirma The Telegraph, el Príncipe Andrés no tiembla ante las órdenes de Carlos III del Reino Unido y tiene la intención de atenerse a los términos de su contrato de arrendamiento, al que aún le quedan 55 años de vigencia. Según una fuente: "tiene un contrato de 75 años y no tiene planes de mudarse".

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