El día que Brad Pitt le rompió el corazón a Gwyneth Paltrow

Se podría decir que Brad Pitt es el verdadero galán de Hollywood. Pasan los años, los conflictos y las modas, pero el actor siempre está en lo más alto de su popularidad y no deja de conquistar corazones en cada una de sus apariciones, tanto públicas como en la gran pantalla.

A lo largo de su exitosa carrera tuvo muchos grandes amores. Si bien pocos recuerdan la vida del actor antes de Angelina Jolie, se podría decir que le rompió el corazón a más de una de las mujeres más hermosas y brillantes de la industria.

En ese listado no solamente se encuentra Jennifer Aniston, sino también Gwyneth Paltrow. Brad Pitt y quien fue su novia durante algunos años se conocieron en 1994, en el set de rodaje de la película Pecados capitales (Seven).

Dicen que el flechazo de él hacia ella se dio rápidamente, pero a la actriz le costó darse cuenta de lo que pasaba. Al poco tiempo comenzaron una apasionada historia de amor. En ese entonces, el actor se desprendía un poco de la imagen de chico lindo para demostrar que tenía talento para mucho más y recibía grandes elogios de la crítica.

Un año después, cuando ganó un Globo de Oro por Mejor Actor de Reparto por Doce Monos (12 Monkeys), le dedicó el premio a Paltrow y la llamó “el amor de mi vida”, algo que a ella la sorprendió y quedó obnubilada por lo que escuchaba.

Sin embargo esa vida juntos duraría tan solo dos años más, dado que en 1997 se separaron porque él quiso dar el siguiente gran paso y ella no estaba lista. Fue ahí cuando la actriz quedó con el corazón devastado. Tenía tan solo 24 años y había perdido al hombre que amaba por temor al compromiso, teniendo en su mente el concepto de que no había algo mejor que Brad Pitt. 

Pero lo que más lastimó a Gwyneth Paltrow fue cuando a los pocos meses su exnovio conoció a Claire Forlani en el rodaje de la famosa película ¿Conoces a Joe Black? y rápidamente se convirtieron en la pareja del momento. Ella no toleraba ver como su ex se había recuperado tan rápido mientras por su parte seguía dedicándole lágrimas y noches en vela replanteándose si había tomado la decisión correcta.

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