Maestro: una sinfonía sobre el amor que brilla con luz propia
Con Maestro, Bradley Cooper confirma su talento como director y actor, convirtiéndose en uno de lo nombres prodigiosos de la industria.
Tras más de dos décadas como actor, Bradley Cooper descubrió que una de sus grandes pasiones era dirigir. Así fue que en 2018 maravilló a todos con Nace una estrella (A Star is Born), la remake que escribió, dirigió y protagonizó junto a Lady Gaga. Algunos años después, Cooper vuelve a ponerse detrás de cámaras para dirigir Maestro, que tras haber tenido estreno limitado en algunos cines del mundo, finalmente se encuentra disponible en Netflix.
A simple vista podríamos decir que Maestro es una biopic, y en parte lo es, pero lejos de retratar su vida o el acontecer de su prolífica carrera como compositor y director de orquesta, Cooper decidió retratar la historia de amor entre Leonard Bernstein y el gran amor de su vida, su esposa Felicia Montealegre, interpretada por Carey Mulligan.
La película comienza en el presente, con un Bernstein envejecido recordando al gran amor de su vida y al que extraña de forma inconsolable tras su partida. En un abrir y cerrar de ojos, el director transforma de escena y nos traslada a la década del 40, justo cuando Bernstein comienza su carrera como compositor.
Mira el tráiler de Maestro:
Esta parte de la película se presenta en hermosas secuencias en blanco y negro, con un halo de nostalgia y añoranza en donde Cooper nos presenta a un joven Bernstein, ávido de fama y reconocimiento. Aquí nos encontramos un joven director de orquesta que logra salir del ala de su mentor para demostrar su talento en escena. Un hombre que rebosa de energía y carisma, y cuyo amor por la música podría equipararse al amor que sentía por quienes lo rodeaban, especialmente por los hombres. Aquí no hay un Bernstein que no lucha por ocultar su homosexualidad, aunque está claro que la época lo obliga a reprimir dichos deseos. Bernstein es un hombre que está enamorado de las mujeres, pero también siente atracción por los hombres.
Durante los primeros minutos de filme, Cooper nos deleita con algún que otro vistazo del compositor parado sobre la tarima, con la orquesta a sus espaldas y de frente a una audiencia que se deshace en aplausos tras su maravillosa performance. Sin embargo, no serán muchos los momentos del Bernstein durante el podio. A medida que la película avanza, está claro que Cooper no se detiene demasiado en explorar los logros artísticos de Bernstein, que fueron muchos y muy significativos, revolucionando la música clásica en Norteamérica y en el mundo entero. Sino que se decanta por un retrato más íntimo y contemplativo de su vida personal y de su matrimonio.
Muchos podrán decir que Maestro se queda corta en su narrativa, ya que no ahonda lo suficiente en la vida de Leonard Bernstein. Pero Bradley Cooper, como coguionista y director, busca trazar pinceladas sobre esta figura de gran contradicción. Y es precisamente esta contradicción y esta superposición de capas la que Cooper quiso explorar, tanto en su rol como director, como en su papel de actor. Los sacrificios que conlleva el arte y que, en muchas ocasiones, vienen acompañados por un ego y un hedonismo difíciles de ocultar.

Un hombre que quiso ser reconocido y destacado dentro del mundo de la música clásica, pero que disfrutaba de componer musicales para Broadway (West Side Story uno de los más conocidos) y para el cine (Nido de ratas). Un hombre que anhelaba la notoriedad, pero que en privado sufría por ello. Y, en última instancia, un hombre atraído por otros hombres, pero que luchaba por cumplir el rol de esposo y padre felizmente casado y enamorado de su esposa, algo que también era real.
La química entre Cooper y Mulligan simplemente fluye a lo largo de toda la película. Entre ambos logran una serie de contrapuntos y armonizan tanto en los momentos en los que la pareja vive sus momentos de idilio, hasta los más oscuros, en donde cada uno permanece junto al otro de forma incondicional, dejando en claro que el amor que Lenny y Felicia sentían el uno por el otro era el más puro.
A medida que el tiempo del filme avanza, Maestro se aleja de esa tonalidad monocromática, haciendo a un lado esa primera parte de ensueño de la pareja para meternos de lleno en la cotidianidad de sus vidas, donde los permanentes amoríos de Bernard con otros hombres provocan un inevitable desgaste en la relación con Felicia, provocando gran impacto en la armonía familiar. Este es un punto importante, ya que Felicia sabía que Leonard era gay al momento de casarse con él. Incluso estaba al tanto de sus romances con otros hombres, pero durante sus 26 años de matrimonio fue algo con lo que luchó, especialmente por lo mucho que debió sacrificar. Durante gran parte de su vida debió resignar su carrera de actriz para dedicarse a la crianza de sus tres hijos, dirigir su casa y acompañar a su esposo en sus compromisos.

Aunque Maestro incluye un elenco de notables figuras como Matt Bomer, Maya Hawke, y Sarah Silverman, son Mulligan y Cooper los que se roban cada escena. El actor nominado al Oscar rebosa una energía, un entusiasmo y un brillo que parece nunca acabarse. Su interpretación de Bernstein por momentos parece teatral, pero que se ajusta por completo a la figura de un hombre que no se detuvo ante nada y siempre tenía una sonrisa en su rostro. En cuanto a Mulligan, la actriz británica simplemente se deja llevar en la piel de Felicia, evocando el glamour de una vieja estrella de Hollywood, un papel que le sienta más que bien.
Como no podía ser de otra forma, la música también juega un rol fundamental en Maestro. Cada melodía que acompaña la narrativa del filme son composiciones del propio Bernstein, como un claro ejemplo de que la música no solo era su pasión, sino también su escape. Bernstein utilizaba la música para expresar sus emociones más profundas, tanto las positivas como las negativas, y Cooper se vale de ello para convertirla en una protagonista más de su historia.
En última instancia, Maestro destaca por ser una película conmovedora y compleja a la vez. Es una historia de amor conmovedora, pero también es una exploración de la complejidades del ser humano. No pretende ser algo que no es, y Bradley Cooper deja en claro que su talento detrás y delante de cámaras está más vivo que nunca.
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