Dejar el mundo atrás: Julia Roberts y un inquietante thriller apocalíptico que te dejará aterrado
Netflix estrena la nueva película del director Sam Esmail sobre dos familias obligadas a enfrentar el fin del mundo de la forma menos pensada. Atrapante, tenso y con elenco de lujo, la plataforma se luce con uno de los mejores títulos del año.
¿Qué hacer si sabemos que el mundo está a punto de acabarse? ¿Que el lugar que llamamos nuestro hogar está sumido en el más profundo de los caos? ¿Podríamos confiar el uno en el otro o nuestra supervivencia quedaría librada al azar tipo "sálvese quién pueda? Estos son algunos de los planteos de Dejar el mundo atrás, la nueva película de Netflix dirigida por Sam Esmail, mejor conocido por las series Mr. Robot y Homecoming.
Basada en la novela homónima de Rumaan Alam, la historia sigue a una familia de clase media que vive en la ciudad de Nueva York. Amanda, interpretada por Julia Roberts, decide sorprender a su familia con unas vacaciones y alquila una casa alejada de la ciudad para poder pasar unos días alejada de la ciudad, la rutina y la gente, a la cual, según sus palabras, odia.
Así es que reserva una linda casa junto a la playa para pasar unos días de relax junto a su distendido esposo Clay, interpretado por un relajado Ethan Hawke, y sus hijos adolescentes Archie (Charlie Evans) y Rose (Farrah Mackenzie).
Mira el tráiler de Dejar el mundo atrás:
Una vez asentados en la bonita propiedad que arrendaron, los Sandfords deciden ir a pasar el día a playa, que pronto se convertirá en el comienzo de una pesadilla. En la lejanía, mar adentro, Rose divisa un enorme buque petrolero que parece tener rumbo fijo hacia la costa. Al cabo de una horas, la familia advierte que el barco se dirige a toda velocidad hacia ellos, y pronto se encuentran huyendo a toda prisa antes que el navío colisione en el mismo lugar en el que instantes atrás estaban reposando en la arena.
Sin acceso a internet, ni noticias, ni señal de móvil, la situación pega un giro inesperado cuando un tal G.H. Scott (Mahershala Ali) y su hija adolescente se presentan en la puerta de la casa afirmando ser el dueño del lugar, al que han acudido en busca de refugio.
Este es uno de los tantos sucesos que irán desencadenando este terrorífico escenario apocalíptico donde las reglas de supervivencia escapan el umbral de la lógica y solo la confianza en el prójimo podría ser la clave, aunque también la perdición. La paranoia comienza a apoderarse de cada uno de estos personajes, que se verá incrementada ante la pérdida de control y el completo desconocimiento de lo que sucede allí afuera.

La convivencia entre las familias es uno de los puntos centrales de la película, donde las tensiones, los prejuicios y hasta la cuestión racial no tardan en aflorar, después de todo el personaje de Amanda no habría desconfiado tanto de estos extraños si no fueran afroamericanos.
Con todos estos elementos sobre la mesa, Esmail ha logrado construir un thriller psicológico de esos que se van cocinando a fuego lento, con giros inesperados que son acompañados por los cambios de ánimo y las conductas de los protagonistas. ¿Cómo nos comportamos en momentos donde todo parece perdido? ¿Existe el espíritu de cooperación o apelamos al sálvese quién pueda sin dudarlo?
Claro que esto es posible gracias a que el director se nutrió de un gran elenco de actores, entre los cuales no hace falta destacar a Julia Roberts y Mahershala Ali como el motor que mueve la historia, sino también los más jóvenes, entre quienes destaca Myha'la Herrold como Routh, la hija millennial de Scott cuya hostilidad y rebeldía no tarda en colmar la paciencia de Amanda.

Esmail tampoco pierde de vista el elemento catástrofe, presente a través de algunas imágenes bastante inquietantes, con gran cantidad de movimientos de cámara y una música que se intensifica a medida que la trama avanza. La película no pierde demasiado tiempo en explicar qué es lo que sucede allí afuera. Si bien hay algunos momentos donde el personaje de Ali intenta poner el palabras qué fue lo que desencadenó el supuesto ataque, la explicación hace que el suspenso y la tensión se diluyan.
A diferencia de sus previas apuestas originales, Netflix ha estrenado la que podría ser una de sus mejores películas del año (y en años). Un largometraje que en sus 2 horas y 20 de duración te tendrá enganchado a la pantalla y conteniendo la respiración la mayor parte del tiempo. Como no podía ser de otra forma, y fiel a su estilo, el director trata de introducir alguna moraleja sobre el uso de la tecnología, planteando el interrogante de quién tiene el control sobre todo esto que nos rodea. En cuanto al final, este resulta de lo más inesperado, pero en el buen sentido de la palabra. A más de uno le sacará una sonrisa y lo llevara a un lugar de reconfortante nostalgia, dispersando de ese terror que acecha y que podría llegar en cualquier momento.
Dejar el mundo atrás (Leave the World Behind) se encuentra disponible en Netflix.