La historia real detrás de Nadie quiere esto, la serie que arrasa en Netflix
La encantadora serie protagonizada por Kristen Bell y Adam Brody está parcialmente basada en hechos reales, pues cuenta la historia de amor de la creadora, Erin Foster, con su marido.
La nueva serie romántica de Netflix, Nadie quiere esto, ha capturado la atención de miles de espectadores con su encantadora trama, generando curiosidad sobre si está basada en hechos reales.
La respuesta es sí, en parte. La creadora y productora de la serie, Erin Foster, se inspiró en su propia relación amorosa con su esposo, Simon Tikhman, para dar vida a esta historia.
La serie sigue a Joanne (interpretada por Kristen Bell), una podcaster que habla abiertamente sobre sus desastrosas citas, y Noah (Adam Brody), un rabino progresista que atraviesa una reciente ruptura. A lo largo de la temporada, ambos enfrentan el reto de equilibrar sus estilos de vida y química mientras lidian con las opiniones de sus familias. Si bien la serie refleja varios aspectos de la vida de Foster, hay diferencias importantes con su historia real.
Mirá el tráiler de Nadie quiere esto
En la vida real, Foster conoció a Tikhman en un gimnasio en Los Ángeles, un encuentro que difiere de la cena en la que Joanne y Noah se conocen en la serie. Sin embargo, al igual que en la ficción, ambos provenían de mundos diferentes: Tikhman, hijo de inmigrantes judíos rusos, tenía una crianza más tradicional, mientras que Foster venía de un entorno más liberal y poco convencional. A pesar de estas diferencias, la pareja encontró la manera de hacer que su relación funcionara.
Uno de los puntos más destacados de la serie es el dilema de Joanne sobre convertirse al judaísmo, un tema que Foster también vivió en carne propia mientras se preparaba para su boda en 2019. Aunque la serie deja en duda si Joanne tomará esta decisión, en la vida real, Foster sí completó su conversión antes de su matrimonio.
La serie también incluye momentos inspirados directamente en la vida de Foster, como el episodio donde Noah se presenta con un enorme ramo de girasoles para conocer a la madre de Joanne, un guiño a la vida real cuando Tikhman llevó un descomunal ramo de girasoles para conocer a la madre de Foster, generándole una mezcla de sorpresa y desconfianza.
Nadie quiere esto no solo se basa en la relación de Foster, sino que también es una "carta de amor" a su matrimonio. Aunque la pareja real no enfrentó las mismas dificultades familiares que Joanne y Noah, la serie refleja la esencia de su conexión y el proceso de adaptación mutua.