La escalofriante historia real que habría inspirado a El juego del calamar
Muchos han conectado la serie de Netflix con un siniestro internado que funcionó en Corea del Sur durante la década del 70.
La viralización de supuestas imágenes que conectarían la serie El Juego del Calamar con Brothers Home, un centro de detención que operó en Corea del Sur durante los años 70 y 80, ha generado confusión entre los seguidores del programa. Un análisis detallado revela que estas conexiones carecen de fundamento oficial, aunque algunos afirman que sirvieron de inspiración para la serie de Netflix.
Brothers Home fue establecido en 1976 en la ciudad de Busan como un supuesto centro de bienestar social. La realidad era más siniestra: funcionaba como un campo de internación donde adultos y niños eran recluidos contra su voluntad. Los detenidos vestían uniformes azul oscuro y eran identificados con números, en un sistema que provocó 657 muertes documentadas.
Mirá el tráiler de El juego del calamar:
El director de El Juego del Calamar, Hwang Dong Hyuk, nunca ha mencionado Brothers Home como inspiración para su serie. En entrevistas, ha señalado que sus principales influencias fueron los cómics japoneses sobre juegos de supervivencia y la huelga de Ssangyong Motors de 2009, buscando crear una alegoría sobre el capitalismo moderno.
Las recientes imágenes virales que pretenden mostrar el interior de Brothers Home, con escaleras coloridas similares a las de la serie, son en realidad creaciones de inteligencia artificial. Estas fueron elaboradas por el artista digital Efe Levent a finales de 2024, pero han sido erróneamente atribuidas a la instalación histórica. Sin embargo, hay ciertas características que tenía el siniestro internado que se podrían conectar con la serie.
La Comisión de Verdad y Reconciliación de Corea del Sur confirmó en 2022 las atrocidades cometidas en Brothers Home, marcándolo como una de las violaciones de derechos humanos más graves en la historia del país. Sin embargo, su conexión con la popular serie de Netflix permanece en el terreno de la especulación y la desinformación digital.