5 detalles desconocidos de Ni una palabra, el thriller que conquista Netflix a dós décadas de su estreno
A 24 años de su estreno, Ni una palabra ha vuelto a captar la atención del público tras su reciente llegada a Netflix. Repasamos algunos secretos de su producción.
Brittany Murphy protagoniza Ni una palabra
A 24 años de su estreno original, Ni una palabra ha vuelto a captar la atención del público tras su reciente llegada a Netflix. Este thriller psicológico protagonizado por Michael Douglas se ha convertido en tendencia en la plataforma de streaming. La película esconde datos fascinantes que pocos espectadores conocen. Desde improvisaciones memorables hasta tragedias personales, a continuación repasamos cinco secretos que revelan aspectos sorprendentes detrás de cámaras:
1) La improvisación de Brittany Murphy que quedó inmortalizada
Una de las escenas más recordadas de Ni una palabra surgió espontáneamente. Brittany Murphy, quien interpretaba a Elisabeth, improvisó la forma peculiar en que canta "I'll never tell". La actriz decidió en el momento darle ese tono distintivo a la interpretación. El director mantuvo la toma original sin modificaciones. Esta decisión creativa se convirtió en uno de los momentos más icónicos de la película. La naturalidad de Murphy aportó autenticidad a su personaje. Lamentablemente, la actriz falleció en 2009 a los 32 años por neumonía complicada con anemia e intoxicación farmacológica.
Mirá el tráiler de Ni una palabra:
2) El destino trágico de dos protagonistas principales
La historia de Ni una palabra está marcada por dos pérdidas prematuras. Además de Brittany Murphy, Skye McCole Bartusiak también murió a temprana edad. La joven actriz interpretaba a Jessie en la producción. Bartusiak sufrió una sobredosis accidental en 2014 cuando tenía apenas 21 años. Ambas muertes conmocionaron a la industria cinematográfica. Los fans que redescubren la película en Netflix desconocen frecuentemente estos tristes desenlaces.
3) Un set de metro que impresionó hasta a las autoridades de tránsito
La estación de Canal Street que aparece en Ni una palabra jamás estuvo en Nueva York. El equipo de producción construyó el escenario completo en la estación "Bay Lower" de Toronto, un espacio subterráneo abandonado. La inversión en decoración alcanzó los 150.000 dólares. La Comisión de Tránsito de Toronto quedó tan impactada con la transformación que solicitó mantener el set instalado. La intención era atraer futuras producciones cinematográficas a la locación. El decorado permaneció tres semanas hasta que inspectores de bomberos lo declararon peligroso. Las vigas de acero, señales y bancas eran de plástico y madera, creando riesgo de incendio. Finalmente, todo fue desmantelado y eliminado.
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4) Sean Bean y su método inusual durante el rodaje
Durante la filmación de la película, Sean Bean adoptó un enfoque particular para sus escenas telefónicas. El actor británico realmente conversaba con Michael Douglas y Famke Janssen a través de los celulares mientras rodaban. Esta técnica no es común en producciones cinematográficas. Habitualmente, los actores escuchan indicaciones de asistentes o imaginan el diálogo. Bean prefirió interactuar genuinamente con sus compañeros de reparto. El resultado fue una actuación más orgánica y convincente. Este detalle demuestra el compromiso del elenco con la autenticidad de Ni una palabra.
5) La niña prodigio que dirigía como adulta
Gary Fleder, director de la producción, elogió públicamente el profesionalismo de Skye McCole Bartusiak. La pequeña actriz tenía solamente 8 años durante el rodaje. Sin embargo, Fleder describió la experiencia como "dirigir a un adulto". Nunca necesitó simplificar instrucciones ni modificar su lenguaje al trabajar con ella. Bartusiak comprendía perfectamente las indicaciones técnicas y emocionales. Su madurez interpretativa sorprendió a todo el equipo. La actuación de Bartusiak en Ni una palabra permanece como testimonio de su talento precoz.




