Así está hoy Caramelo, el perro que emociona a todos con su historia en Netflix

El fenómeno de Caramelo ha superado todas las expectativas en Netflix. La historia del joven chef que enfrenta una enfermedad terminal y su entrañable vínculo con un perro callejero ha conmovido a millones de espectadores. Esta producción brasileña se ha mantenido entre las más vistas del catálogo internacional, y su mensaje de esperanza continúa expandiéndose más allá de las pantallas.

Detrás del éxito de Caramelo hay un protagonista muy especial: Amendoim, el perro real que interpreta al fiel compañero del protagonista. De pelaje marrón claro y mirada dulce, este mestizo brasileño —conocido en su país como “vira-lata caramelo”— se ha convertido en un símbolo de ternura y resiliencia. Desde el estreno, sus imágenes y videos en redes sociales no han dejado de circular, generando una ola de afecto entre los usuarios de Netflix.

Mirá el tráiler de la película:

Según el director Diego Freitas, la elección de un perro “caramelo” no fue casual. Representa la mezcla, la humildad y la fuerza del pueblo brasileño, valores que se reflejan con fuerza en la película. Esa conexión entre la humanidad y la nobleza animal transformó a Amendoim en el corazón emocional de la historia, logrando que el público sintiera cada gesto como propio.

Hoy, Amendoim disfruta de una vida tranquila junto a su entrenador, en un entorno cuidado y lleno de cariño. Lejos del set, el famoso perro continúa siendo parte de campañas solidarias y apariciones en eventos benéficos. Su impacto va más allá del cine: se ha convertido en un emblema de adopción responsable y del valor de los animales mestizos, una causa que Netflix también ha promovido en sus redes oficiales.

El fenómeno de Caramelo también marcó un antes y un después para el cine brasileño dentro de la plataforma. Su éxito reavivó el interés del público latinoamericano por producciones locales que apuestan por historias sinceras y humanas. Con críticas positivas y una audiencia que sigue en aumento, Netflix demostró una vez más su capacidad para conectar emociones sin fronteras.