Dónde se filmó ¡Viva la vida!, la película brasileña que es furor en Netflix
La comedia romántica brasileña se ha ubicado entre lo más visto de Netflix. Repasamos las locaciones elegidas para su rodaje.

¡Viva la vida! se ha ubicado entre lo más visto de Netflix
La producción brasileña "¡Viva la vida!" ha capturado la atención de los suscriptores de Netflix no solo por su emotiva historia familiar, sino también por la decisión audaz de ambientar gran parte de su trama en territorio israelí. La película, que lleva el título original "Viva a Vida", presenta una propuesta visual poco convencional para el cine latinoamericano al trasladar a sus protagonistas desde Río de Janeiro hasta los paisajes de Oriente Medio.
Bajo la dirección de Cris D'Amato, la cinta logra crear un contraste visual fascinante entre dos culturas aparentemente distantes. La historia arranca en los barrios cariocas, donde Jéssica, interpretada por Thati Lopes, trabaja en una tienda de antigüedades. Sin embargo, el descubrimiento de un medallón misterioso la impulsa a cruzar océanos hacia Israel, transformando completamente la estética del relato.
Mirá el tráiler de la película:
La elección de Israel como escenario principal marca un punto de inflexión narrativo y visual. Los realizadores aprovecharon los contrastes culturales y geográficos para construir una experiencia cinematográfica que rompe con los códigos habituales de las comedias románticas brasileñas. Esta decisión creativa permite que la búsqueda personal de la protagonista tenga un telón de fondo exótico y cargado de significado histórico.
El elenco encabezado por Thati Lopes, Regina Braga, Jonas Bloch, Rodrigo Simas y Diego Martins debió adaptarse a las particularidades del rodaje internacional. La producción logró integrar actores brasileños con profesionales israelíes, creando una dinámica multicultural que enriquece la propuesta visual. Daniel Filho, Aline Dias, Clara Tiezzi y Luísa Thiré completan un reparto que navega entre dos mundos cinematográficos diferentes.
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La película construye su identidad visual a partir del contraste entre las calles familiares de Río y los paisajes desconocidos de Israel. Esta dualidad geográfica permite que el viaje de autodescubrimiento de Jessica tenga resonancias tanto personales como universales. La búsqueda de sus raíces familiares se materializa en un recorrido físico que atraviesa continentes y culturas.
Netflix apostó por esta coproducción internacional que desafía las expectativas del público acostumbrado a historias más locales. La plataforma encontró en "¡Viva la vida!" una propuesta que combina la calidez brasileña con la riqueza visual y cultural de Israel, creando un producto cinematográfico que trasciende fronteras geográficas y conquista audiencias globales.