Final explicado de Ángela, la serie española que arrasa en Netflix
La serie española "Ángela", que arribó a Netflix la semana pasada, sorprende con su conmovedor desenlace. Repasamos los detalles del final.

Ángela arrasa en Netflix
La serie española "Ángela", que arribó a Netflix el 4 de julio, cierra su temporada con un final que combina justicia y revelaciones perturbadoras. La producción dirigida por Norberto López Amado y protagonizada por Verónica Sánchez logró desentrañar una compleja trama de manipulación psicológica que mantuvo en vilo a los espectadores hasta el último episodio. El thriller, basado en la serie británica "Angela Black", presentó un final que desafía las expectativas del público y expone las múltiples capas de la violencia doméstica.
La protagonista, interpretada por Sánchez, atraviesa un calvario que la lleva desde ser víctima de maltrato hasta enfrentar acusaciones de trastorno mental. Su esposo Gonzalo, personificado por Daniel Grao, orquesta una elaborada estrategia para desacreditarla completamente ante la sociedad. La aparición del misterioso Eduardo Silva, encarnado por Jaime Zatarain, introduce un elemento que inicialmente parece ser la salvación de la arquitecta, pero que posteriormente se revela como parte de un plan más siniestro.
Mirá el tráiler de la serie:
El punto de inflexión llega cuando la serie revela que Eduardo no era producto de la imaginación de Ángela, como sugieren las autoridades médicas y judiciales. La verdadera identidad del personaje es Roberto Irogoyen, un actor contratado por Gonzalo para implementar un plan destinado a hacer que su esposa parezca mentalmente inestable. Esta revelación transforma toda la historia previa y recontextualiza los eventos que el público había interpretado como delirios de la protagonista.
El desarrollo final muestra cómo Ángela, con el apoyo de su abogada Esther y el equipo legal, logra reunir evidencias que respaldan su versión de los hechos. Sin embargo, la batalla legal se complica cuando Gonzalo utiliza recursos adicionales para mantener la custodia de sus hijas. La tensión alcanza su clímax cuando la protagonista decide tomar el control de la situación y tender una trampa definitiva a su agresor.
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La resolución llega cuando Ángela consigue grabar una agresión de Gonzalo en el restaurante de Roberto, proporcionando evidencia irrefutable de la violencia que había sufrido. Esta grabación se convierte en la prueba decisiva que permite el arresto y encarcelamiento de su esposo. El final también incluye un acto de venganza simbólica cuando la protagonista incendia el establecimiento de Roberto, castigando así su participación en el engaño elaborado contra ella.
La serie cierra con Ángela recuperando la custodia de sus hijas y liberándose definitivamente de su maltratador. No obstante, algunos elementos quedan sin resolver, particularmente la posible conexión de Gonzalo con la desaparición de una joven empleada de su empresa. Esta ambigüedad final sugiere que las ramificaciones de la manipulación y el control ejercidos por el antagonista podrían extenderse más allá de lo revelado en pantalla.