La desaparición de Amy Bradley: por qué el FBI abandonó la pista más prometedora en el caso
La desaparición de Amy Bradley en 1998 sigue siendo uno de los casos más desconcertantes para las autoridades federales estadounidenses. El caso ha vuelto a estar en boca de todos tras el estreno de una docuserie de tres episodios que repasa los detalles en Netflix.

Amy Bradley está desaparecida desde 1998
La desaparición de Amy Bradley en 1998 sigue siendo uno de los casos más desconcertantes para las autoridades federales estadounidenses. El caso ha vuelto a estar en boca de todos tras el estreno de una docuserie de tres episodios que repasa los detalles en Netflix.
La joven de 23 años desapareció durante unas vacaciones familiares en un crucero de Royal Caribbean el 23 de marzo de 1998. Después de una noche en la discoteca del barco con su hermano, Amy regresó al camarote familiar en las primeras horas de la madrugada, pero cuando su padre fue a buscarla más tarde esa mañana, ya no estaba allí.
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El caso tomó un giro dramático en septiembre de 2005, siete años después de la desaparición. La familia Bradley recibió fotografías de una fuente anónima que afirmaba haber visto a Amy bajo el nombre de "Jas" en un sitio web de trabajadoras sexuales con base en el Caribe. Las imágenes llegaron acompañadas de un enlace al sitio, que ofrecía servicios de escort en la región donde Amy había desaparecido originalmente.
Iva Bradley, madre de Amy, describió el momento como devastador para la familia. Las fotografías mostraban a una mujer cuyas características físicas coincidían notablemente con las de Amy: la nariz, el mentón y el cabello eran prácticamente idénticos. El parecido era tan impresionante que quitó el aliento a los familiares cuando examinaron las imágenes por primera vez.
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El FBI tomó estas fotografías con extrema seriedad y desplegó recursos significativos para investigar su autenticidad. Los agentes federales analizaron cada detalle de las imágenes, incluyendo el marco de la cama donde fue tomada la fotografía, para determinar su origen de fabricación. Un análisis forense oficial concluyó que la mujer en las fotografías era efectivamente Amy Bradley, validando las sospechas iniciales de la familia.
La investigación federal incluyó el envío de un operativo encubierto al Caribe para examinar la situación en terreno. Los agentes consultaron con expertos en trata de personas y exploraron todas las conexiones posibles con redes de tráfico humano. Sin embargo, el elemento crucial que impidió avanzar en la investigación fue la imposibilidad de rastrear la dirección IP del sitio web donde aparecían las fotografías.
Esta limitación tecnológica representó el final abrupto de la pista más prometedora en el caso. Sin poder identificar la ubicación o los responsables del sitio web, el FBI se vio obligado a abandonar esta línea de investigación. Amy Bradley fue declarada legalmente muerta en marzo de 2010, aunque su nombre permanece en la lista de personas más buscadas por desaparición del FBI, manteniendo viva la esperanza de resolver un caso que la tecnología no pudo completar.